Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 31 de enero de 2015
Están en su derecho, así
está establecido, pero los responsables políticos deberían tener en
consideración factores tales como la gobernabilidad del país, región o
municipio, antes de lanzase a convocar elecciones anticipadas.
¿Qué impediría la coincidencia en el tiempo de todas esas que
hay anunciadas y alguna más que pueda anunciarse para este año 2015? Todo
serian ventajas para el contribuyente, empezando por el considerable coste
económico de precampañas y campañas tediosas e interminables, donde solo se
dedican a atacarse mutuamente, sin atisbo de programas realizables, aunque ni
siquiera se tenga la intención de cumplir.
Las fechas electorales se fijan en función de le situación
de ventaja del propio partido y la
debilidad de los contrincantes, según las casi diarias encuestas publicadas,
nunca en función de programas realizados y nuevas propuestas a realizar, eso es
lo de menos.
Que el sistema electoral español es manifiestamente mejorable
no lo discute nadie, ni siquiera esos partidos que se aprovechan de sus muchas
deficiencias para obtener mejores resultados, pero esos, menos que nadie, están
dispuestos a modificarlo.
Hasta que diputados y concejales no respondan directamente ante
sus electores y si lo hagan ante quien les designa y a quien deben el puesto,
no avanzaremos en el desarrollo democrático de España, y ya va siendo hora.
Luego se extrañan del éxito de partidos como Syriza, populismo
puro sin mezcla de racionalidad, a quienes votan los hartos de leyes
electorales como la nuestra, de la “partitocracia” que nos gobierna, de la corrupción y de las mentiras.
El potencial electorado de Podemos está compuesto, en gran
medida, por personas que no se paran a pensar si lo que prometen es realizable,
casi les da igual, así que es una mala táctica política contraponerles
programas atractivos que no se van a leer. Quien quiera ganar tiene que buscar
líderes creíbles y con carisma, con buena formación, experiencia laboral fuera
de la política, que no sean ya, y desde su más tierna infancia, miembros de la
“casta”.
Estoy totalmente de acuerdo, pero ellos no tienen ninguna intención de cambiar nada porque van a gusto montados en la burra.
ResponderEliminarSaludos: M.
Cuanta razón tienes pero me temo que el decir esas cosas es como predicar en el desierto de la política. Si el fenómeno de Podemos, que podría ser favorable para el cambio de malas costumbres políticas, no han sido capaces, hasta la fecha, de encajarlo debidamente y salir al paso de sus despropósitos, que esperanza nos queda de caer en sus manos por culpa, exclusivamente, de lo que han provocado en España los dos partidos mayoritarios.
ResponderEliminarEstán ciegos, estratégicamente, y nos pueden conducir al caos a pesar de los buenos augurios económicos y de la lotería inesperada del precio del petróleo.
Saludos