miércoles, 29 de octubre de 2014

ENTREVISTA - DESDE FILIPINAS - 29 - OCTUBRE - 2014

MUNDO | ENTREVISTA
"Todos sabemos que fallaron en el 11-S o el 11-M, pero nadie sabe, y así debe ser, cuantos atentados se han abortado"

Antonio M. Delgado
29/10/2014 13:47

Si existe una disciplina que difiera más entre la ficción y la realidad esa es definitivamente el espionaje. Una parte de la sociedad aun sigue relacionado el mundo de la inteligencia con la cinematográfica figura de James Bond, personaje de ficción cuyas aventuras difieren enormemente del quehacer cotidiano y las funciones de cualquier servicio secreto moderno. La realidad es bien distinta: el mundo del espionaje abarca contextos tan dispares como la corrupción política, el terrorismo internacional o la competitividad industrial y trabajos que van desde la elaboración de informes en un despacho hasta la infiltración tras las líneas "enemigas" pasando por la moderna ciberguerra. En un mundo con cada vez más incertidumbres y peligros, la existencia de un grupo de personas y organizaciones que se ocupen de recabar información y procesarla de cara a tomar decisiones es vital para el correcto funcionamiento de los países tal y como los concebimos hoy en día cumpliendo así una función imprescindible para garantizar la seguridad nacional. La información es poder y los servicios secretos existen para saber y cuanto más, mejor. En España, el Centro Nacional de Inteligencia o CNI es el organismo que existe para "obtener información no alcanzable por otros organismos" y "proteger los intereses políticos, económicos, estratégicos o industriales" según se autodefinen en su propia página web. Para conocer más a fondo este mundo hemos entrevistado a Jaime Rocha, antiguo agente del CNI y Capitán de Navío de la Armada Española cuya carrera ha abarcado diversos puestos relacionados con la Seguridad Nacional y como agregado en distintas embajadas e instituciones españolas acreditas en el extranjero. Rocha es además el actual delegado en Cádiz de la ONG "Madre Coraje" y representante en la misma provincia de Asociación de Ex Miembros del Servicio de Inteligencia Español (AEMSIE).

Los servicios de inteligencia parecen buscar cada vez más a expertos altamente cualificados en ciberseguridad y todo lo relacionado con internet y las nuevas tecnologías ¿Podemos afirmar que el perfil del agente de inteligencia ha cambiado sustancialmente entre el siglo XX y XXI? ¿Qué cualidades caracterizarán siempre a un agente de los servicios secretos?

Habría que empezar por definir lo que entendemos por agente de los servicios secretos. Tanto lo es el analista que no sale de su despacho, donde recibe y analiza la información que le llega para terminar elaborando informes de inteligencia, como el experto en comunicaciones que recibe la información de señales (SIGINT), la interpreta y transmite, o el agente de campo, por llamarlo de forma comprensible, que está en el terreno, se infiltra, establece redes y desarrolla todo su trabajo entre las líneas enemigas. Las cualidades para una u otra misión, como se puede comprender, no son las mismas. No todos sirven para todo. En cuanto a los “técnicos”, los ha habido siempre, lo que ha evolucionado es la tecnología. Naturalmente, los conocimientos  técnicos de los agentes que hacen ese trabajo no son los mismos, van acordes con el avance de la tecnología.

Si tenemos en cuenta los altos niveles de estrés a los que puede llegar a enfrentarse un agente de campo ¿Cuáles son las características psicológicas que deben tener aquellos que trabajen en la adquisición de información por medios humanos o HUMINT? ¿Podemos considerar que la inteligencia emocional es el mejor aliado del que dispone el agente?

Sin duda la inteligencia emocional se compone una serie de cualidades internas y externas, yo diría que, en mayor o menor grado, imprescindibles para este trabajo. Hay que tener unas cualidades personales como ser muy discreto en lo referente a los temas importantes, mantener la calma en situaciones comprometidas, tener empatía para ganarse la confianza de las personas “objetivo”, dotes de actor, o actriz,  para meterse en el personaje, y una serie de técnicas que se aprenden y entrenan. Eso en cuanto a cualidades generales, porque también los agentes de campo desarrollan actividades muy distintas. No es lo mismo quien se infiltra en un grupo terrorista que quien monta una red para adquisición de información militar,  política o económica. Dos ejemplos españoles bien distintos en el trabajo, pero con unas condiciones personales similares: el Lobo, infiltrado en ETA y Garbo, espía doble durante la Segunda Guerra Mundial. También el trabajo en un país extranjero está condicionado por la zona geográfica o política de que se trate, los servicios de contra inteligencia con que cuente, etc. todo eso condiciona el tipo de preparación y entrenamiento del agente, los medios técnicos y humanos con los que va a contar pero siempre partiendo de esa inteligencia emocional imprescindible.

Las recientes filtraciones por parte de Edward Snowden han obligado a los grandes      servicios secretos a replantearse su estrategia de comunicación viéndose obligados a ser más transparentes y comunicativos con la ciudadanía ¿Nos encontramos en una nueva era de la información en la que la confidencialidad absoluta ya no es posible y todo es susceptible de darse a conocer antes o después?

Pienso todo lo contrario. Hay que mejorar los sistemas de comunicaciones, hacerlos más seguros, con sistemas de encriptación cada vez más eficaces, y seleccionar muy bien al personal que tiene acceso a información clasificada con controles internos frecuentes. La información que interesa a los servicios de inteligencia es la que se refiere a los terroristas, servicios enemigos, políticos corruptos, etc. El ciudadano que no ha hecho nada malo, nada tiene que temer y en cuanto a la privacidad a la que tienen derecho, yo les diría que con solo tener y usar una tarjeta de crédito, ser usuario de las redes sociales o telefonía móvil, ya es completamente transparente. Un servicio de inteligencia no pierde el tiempo ni emplea medios y personas para controlar a los ciudadanos. La información que no interesa, que no aporta nada, se elimina.

Una de las mayores sorpresas del caso Wikileaks es que una buena parte de las fuentes de información de la que disponen y con la que trabajan los servicios secretos es la misma que utilizan los medios de comunicación y a la que cualquier periodista de investigación puede acceder sin demasiada dificultad. ¿Podemos considerar que el secretismo y el misterio que rodean a las agencias de inteligencia es acorde a la realidad? ¿Estamos mejor informados de lo que creemos?

Si es cierto, pero no solo se emplean esas fuentes “abiertas”, es más, yo no diría que “una buena parte” de la información procede de fuentes abiertas. La “calidad” de la información la dan fuentes muchos menos accesibles y esas son las que interesan, si queremos tener una información de inteligencia, contrastada y depurada. Las fuentes abiertas, con mucha frecuencia, se emplean para intoxicar, desinformar, hacer contrainteligencia. Hay que poner en cuarentena la información procedente de fuentes abiertas.

El sociólogo Jean Ziegler afirmó que "el secreto más poderoso es aquel que no contiene nada" Cualquier información real puede ser descubierta y dada a conocer, pero el falso secreto ofrece infinitas posibilidades de juego y manipulación. ¿La distracción y la desinformación son estrategias comunes en el mundo de la inteligencia?

Empezando por el final, ya acabo de referirme a esa cuestión. La desinformación, si se hace creíble para el enemigo, es decir bien hecha, con apariencia de verdad, puede dar grandes resultados. Se emplea, y mucho, por la contrainteligencia. En cuanto a que todo se llega a conocer, tengo mis dudas. Casi puedo asegurar que no es verdad y lo digo por propia experiencia. Se me ocurre, a bote pronto, el asesinato del Presidente Kennedy, cuya investigación está trufada de pistas falsas. Han pasado más de cincuenta años y estamos como el primer día. Si un secreto importante se deposita en personas que no merecen esa confianza terminará sabiéndose, pero si los depositarios son los imprescindibles y personas comprometidas, nunca se sabrán, o al menos mientras pueda tener interés. Con perdón para Ziegler, una información vacía no tiene ningún interés, solo sirve como desinformación, así que empeñarse en que no se conozca solo puede interesar con esos fines. Insisto, hay secretos que solo conocen los protagonistas y lo normal es que no se divulguen.

Encontrar el balance adecuado entre la vigilancia que los gobiernos ejercen sobre la ciudadanía para garantizar su seguridad y el respeto al derecho a la privacidad daría para un largo debate en el que sería difícil encontrar un terreno común que satisfaga a todos. ¿Dónde cree usted que se debería encontrar el límite de lo moralmente aceptable para un agente de inteligencia a la hora de realizar su trabajo?

Un agente de inteligencia nunca tiene como objetivo la vigilancia de sus conciudadanos, siempre que estos no den motivo para ser seguidos o vigilados. Otra cosa es que en una investigación aparezcan personas que nada tienen que ver con el objetivo. Imagínese que Vd., por error o puntualmente hace una llamada desde su móvil a otro móvil que está siendo vigilado. Automáticamente el suyo también lo estará, es como los racimos de cerezas que tiras de uno y arrastra a otros, pero en cuanto se compruebe que no tiene nada que ver con la persona que está siendo controlada se le abandona. Repito: no hay tiempo ni se pueden distraer medios técnicos ni humanos para controlar a personas que no aportan información sobre un objetivo. El ciudadano debe estar tranquilo. Si se ponen cámaras de seguridad en bancos, comercios o en la calle, todos los que pasemos por su campo visual somos grabados, sin embargo a nadie nos importa, mientras no cometamos un delito, naturalmente.

Las continuas reivindicaciones y mensajes lanzados por los yihadistas del Estado Islámico evidencian que un inminente atentado terrorista se cierne sobre Europa. El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmó recientemente que existe “una amenaza directa del terrorismo yihadista contra los países occidentales con especial preocupación sobre intereses de EEUU, Francia y el Reino Unido”. ¿Cree usted que la ciudadanía es consciente de hasta qué punto es importante la labor que realizan los servicios secretos? ¿Existe una Cultura de la Inteligencia en España?

Es complicado. Por una parte, los responsables políticos no pueden tener a la ciudadanía en constante estado de alarma, aunque exista y sea real o incluso inminente. Si no se conoce con cierta aproximación el lugar, fecha, medio que puedan emplear  y objetivos, no se puede alarmar a toda la población. Dar la alarma solo tiene sentido si con ello se pueden evitar víctimas. Aunque nadie ignora que la amenaza del terrorismo yihadista es algo, desgraciadamente, muy real y próximo. El trabajo de los servicios secretos no se conoce cuando, por ejemplo, logran evitar un atentado. Sin embrago los fallos enseguida son del dominio público. Todos sabemos que fallaron en el 11-S en Estados Unidos o el 11-M en España, pero nadie sabe, y así debe ser, cuantos atentados se han abortado. Hay que tener plena confianza en su trabajo, que es muy profesional y abnegado, y colaborar con ellos cuando se presente la oportunidad. En cuanto a la existencia en nuestro país de una Cultura de la Inteligencia, tengo que decir rotundamente que la ignorancia es alarmante, porque no solo es de la sociedad en general, sino que alcanza a políticos y profesionales que deberían conocer mejor el trabajo de su Servicio de Inteligencia. Para paliar en lo posible este vacío, la Asociación de Ex Miembros del Servicio de Inteligencia Español (AEMSIE), entre otros objetivos, realiza una divulgación de esa Cultura de Inteligencia fundamentalmente a través de Universidades y medios de comunicación, como es el caso.


sábado, 25 de octubre de 2014

DE LA ESPERANZA

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 25 de Octubre de 2014


Algunos amigos y lectores de esta columna se quejan de que la prensa, en general, es siempre portadora de malas noticias y traslada a la ciudadanía una sensación de pesimismo permanente. No se concede un resquicio a la esperanza.

      Dicen, y no les falta razón, que la humanidad, en general, España, La Iglesia Católica, Europa y prácticamente todas las sociedades, si  miramos la historia, han pasado por situaciones peores que la actual. Guerras civiles y mundiales, crisis económicas que provocaron suicidios en masa, epidemias…de todo ha habido en tantos siglos.

      Visto globalmente es evidente que la humanidad y las sociedades particulares, unas más y otras menos, unas de forma más rápida o más lenta, han alcanzado mayores cotas de libertad, conocimiento, bien estar y hasta me atrevería a decir que también en valores, algunos valores.

      Lo que ocurre es que la perspectiva que tenemos de las cosas es mucho más corta, vivimos el presente, ni siquiera el futuro y mucho menos el pasado del que aprender y tomar referencias.

      Sin embrago es cierto que para la prensa, habitualmente, es más noticia lo negativo que lo positivo y aunque, también en ocasiones, en artículos o programas de opinión proponga soluciones. no es ese su cometido. Las soluciones las tienen que proponer y ejecutar quienes gobiernan porque para eso ostentan la representación del pueblo soberano. ¿Qué no saben? ¿Qué no lo hacen? Pues elijamos a los que sepan y lo hagan. Porque soluciones hay para todo.

      Soluciones hay, insisto, para casi todo. Hasta la terrible tragedia del hambre en el mundo tiene solución. Solo con los excedentes de productos alimentarios se solucionaría, solo falta, que no es poco, la voluntad política, pero algún día la habrá.


      Publicaba hace días un periódico de tirada nacional una encuesta realizada en 32 países, donde preguntaban a los niños si eran felices y alguna cuestión más sobre lo que pensaban para su futuro de adultos. Los niños españoles se consideraban muy felices y esperanzados, nada menos que los cuartos de esos 32 países encuestados. No perdamos los adultos la esperanza, no tenemos derecho a defraudarlos. 

sábado, 18 de octubre de 2014

FRENTE POPULAR



Aunque parezca que Mayo de 2015 nos queda muy lejos, el ruido mediático, las encuestas, las declaraciones de los líderes políticos, las pre-primarias y los proyectos de pactos pre o post electorales que preparan el camino de las elecciones municipales y autonómicas del próximo año, ya han empezado a producirse.

         Por la situación económica, social y política, por los interminables casos de corrupción, nepotismo y engaño de muchos políticos y el hartazgo que lleva al desapego de la ciudadanía, podríamos pronosticar, casi sin temor a equivocarnos, que, aun saliendo en los dos primeros lugares, PP y PSOE (a pesar del cambio de líder) van a obtener resultados muy decepcionantes para sus dirigentes.

         Esta situación, que es nueva en nuestra democracia, tuvo un  prólogo en las pasadas elecciones europeas, donde el fenómeno Podemos sorprendió hasta a ellos mismos, que nunca habían soñado con obtener cinco eurodiputados. Su éxito, basado en una bien planeada y mejor ejecutada campaña mediática y un populismo sin complejos, ha animado a otras formaciones minoritarias, como Ciudadanos y UPyD, a ampliar su campo de actuación, verse con posibilidades de subir de forma significativa e incluso en pensar en un pacto pre-electoral para sumar fuerzas y convertirse realmente en alternativa o gobernar en muchos municipios.

         Otras consecuencias directas son: la proliferación de pequeños partidos locales o regionales de nuevo cuño, cuyo recorrido, hoy por hoy, no parece muy largo y la consolidación de los partidos separatistas en Cataluña y País Vasco, que es importante y decisiva para el gobierno e incluso el futuro de las dos comunidades.

         Un repaso rápido a la situación, a menos de seis meses de las elecciones, nos presenta: PP y PSOE con una caída importante y, aunque sigan siendo mayoritarios en muchas ciudades, no podrán gobernar solos como hasta ahora. La aparición de Podemos como tercera fuerza, la subida de UPyD y Ciudadanos, la consolidación de ERC en Cataluña como partido mayoritario y del PNV en el País Vasco, seguido de Bildu, componen el cuadro.

         No, no me he olvidado de Izquierda Unida. Es capítulo aparte. Creo que son los mayores perjudicados de esta crisis política. Ellos y los sindicatos de izquierdas no han escapado a los escándalos de corrupción y la aparición de Podemos les ha dado la puntilla. Son conscientes de la situación y saben que solos lo tienen muy mal, por lo que cada vez con más claridad abogan por un “amplio frente de izquierdas contra el PP”, un Frente Popular formado por ellos mismos, PSOE y Podemos.

         Por el momento, ni PSOE ni Podemos parecen muy entusiasmados con la idea de unirse a un perdedor. Seis meses, como decía al principio, pasan muy rápidos y es difícil que las cosas cambien demasiado. Bastante tienen ahora los partidos para formar sus candidaturas y programas, como para pensar en frentes electorales. Ni siquiera creo que cuaje la pretendida unión electoral de UPyD y Ciudadanos.

         Hay otra cuestión que juega en contra de IU. En el panorama social español del Siglo XXI, las ideologías de izquierdas y derechas no están tan definidas, en realidad, ningún partido, salvo precisamente IU, puede ser encasillado tan radicalmente en una u otra ideología. De hecho, ni los ciudadanos que se confiesan abiertamente de derechas o de izquierdas se encuentran cómodos al cien por cien en ninguno de ellos, salvo, repito, los votantes que quedan de IU.

         Hasta el mismo Podemos, a quienes algunos analistas políticos daban pocas expectativas de cara a las elecciones municipales y autonómicas, presume, con datos contrastables, de transversalidad, así que el anhelado Frente Popular de IU, por el momento no parece viable.

        El único interesado de verdad es Izquierda Unida  que ha llegado a decir, en boca de sus nuevos dirigentes, que, de ganar las elecciones municipales de mayo próximo el pretendido Frente Popular, al estilo del italiano Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo, sus efectos serian iguales a los de las elecciones municipales de febrero 1931, es decir: el fin de la monarquía y la restauración de la república. Ambiciosa pretensión para un partido a la deriva.   


sábado, 11 de octubre de 2014

MÁS QUE UN CLUB

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 11 de Octubre de 2014


Así reza el lema del Barcelona CF. Siempre han tenido a gala la amplia proyección social de este gran club, no solo en Cataluña, sino en el resto de España y el extranjero. Sus secciones de fútbol y baloncesto se cuentan entre la mejores del mundo y ambas juegan en las respectivas ligas españolas.

Javier Tebas, Presidente de la Liga de Fútbol Profesional  habló del hipotético caso en que Cataluña dejara ser parte de España: "Barcelona y Español no jugarían la Liga española".

"Y no lo harían por los siguientes motivos: la Ley del Deporte (LD) recoge en una disposición adicional que solamente hay un Estado no español que puede jugar la Liga o competiciones oficiales españolas y es Andorra. Tendría que haber una modificación de la LD en el Parlamento y habría que ver si el sector afectado estaría de acuerdo o no", añadió.

No es un tema menor. El deporte, y en particular el futbol, levantan pasiones, y para muchos ciudadanos supone una faceta muy importante de su integración social, originando, afortunadamente en pocas ocasiones, situaciones de graves enfrentamientos.

Lo que me llama poderosamente la atención y es la razón por la que traigo hoy aquí este tema, es por el paralelismo entre la situación política y la deportiva.

En lo político, los separatistas catalanes quieren ejercer un supuesto derecho, el de votar en una consulta secesionista, expresamente en contra de la ley, la Constitución de 1978, aprobada por el 88,5 % de los españoles. No proponen una modificación pactada de las leyes, proponen directamente la desobediencia civil.

En lo deportivo, la reacción es similar, no piden una modificación de la LD que les permitiera, en el hipotético caso de tener un Estado propio, participar en las competiciones españolas, como lo hace Andorra en España o Mónaco en Francia.


Las primeras reacciones de los cules independentistas ha sido: “El Barça jugará en la Liga que quiera”, “La Liga española sin el Barça se convierte en una Liga menor” o “La Liga no se puede permitir prescindir del Barça”. Todo desde la arrogancia y la prepotencia, nada desde la negociación y el  acuerdo. El mismo estilo para lo uno y para lo otro.



sábado, 4 de octubre de 2014

¿A QUÉ ESPERAN?



     Llama la atención como en Escocia, poco antes de celebrarse el referéndum separatista, los dos principales bancos escoceses, nada menos que el Royal Bank of Scotland, declaran a los cuatro vientos que sus sedes centrales se marcharían a Inglaterra al día siguiente de proclamarse la independencia.
        
Empresas importantes, incluida la petrolera que explota los yacimientos del Mar del Norte, también anuncia su traslado. El gobierno británico anuncia como  “una consecuencia más de la eventual independencia de Escocia sería que habría que trasladar la base de submarinos, y el arsenal nuclear británico, situado en una base a 4 kilómetros de Faslane, de Escocia”, según publicaron en un informe en los días previos al referéndum.
          
La bolsa cae estrepitosamente en toda Europa cuando las encuestas apuntan a un triunfo del “si”, para recuperarse con la misma velocidad conocido el resultado escocés contrario a la independencia.

El  conservador David Cameron, el laborista Ed Miliband y el liberaldemócrata Nick Clegg prometieron en una carta, más autonomía en caso que gane el “NO”, mientras amenazaban a los escoceses con una expulsión radical, total, inmediata e irreversible del Reino Unido, incluida la salida de la Unión Europea, de la libra, de la Otan y la pérdida del pasaporte británico.

¿A qué esperan los empresarios, banqueros y gobierno españoles para poner sobre la mesa, con todo rigor y veracidad, las acciones similares a las anunciadas en Escocia, que se verían forzados a tomar en el hipotético caso de producirse la independencia de Cataluña?

No tengo referencias directas, pero si indirectas de entidades como CaixaBank, cuyos nuevos estatutos recogen: “Sin renunciar a una «especial dedicación a Cataluña», se define formalmente ahora a «todo el Estado» como el ámbito territorial que va a regir sus actuaciones. Además, ya no se garantiza que «en cualquier caso» su sede social vaya a estar siempre en Barcelona”

         El presidente del Foro de Marcas Renombradas Españolas y de Freixenet, José Luis Bonet, ha reiterado que Cataluña es una "parte esencial de España" y añadió: Creo que el futuro está en la multiregionalización, el estar en todos los lugares de España donde se hace buen vino. Es un hecho que Freixenet está en esa línea, por eso este verano, además  de la inversión en Cataluña, también lo hemos hecho en Rias Baixas".

         El Banco de Sabadell, cuarto grupo bancario de capital privado de España, a pesar de su implantación internacional, sigue teniendo en el resto de comunidades españolas el mayor número de sus casi 2.500 sucursales y consecuentemente su negocio.

         José Manuel Lara, Presidente de la Editorial Planeta, del Grupo Antena 3 y editor de La Razón, amenazó con trasladar la sede social de su conglomerado en caso de producirse una secesión. “Se lo decía al presidente (de la Generalitat): yo lo tengo más fácil que nadie. No hay ningún negocio editorial que tenga su sede en un país extranjero que hable otro idioma. Es absurdo. La sede se tendría que ir a Zaragoza, Madrid o Cuenca”.

¿Para qué seguir? La lista sería interminable, pero pocos son los que “se atreven” a manifestarse públicamente y deberían hacerlo. También el Gobierno debería anunciar las medidas inmediatas y las consecuencias que, por ejemplo, tendría para los catalanes la pérdida de su pasaporte español/comunitario.

El Gobierno, dirán algunos, no puede adelantar acontecimientos, no puede dar por cierto lo que niega rotundamente que vaya a ocurrir. Quizás en esa seguridad de Rajoy cuando dice que “no se va a realizar el referéndum independentista porque es ilegal” lleve implícita la certeza de los efectos catastróficos de una secesión catalana, para Cataluña en primer lugar y más gravemente, pero también para el resto de España.

Todos estos argumentos prácticos, más los históricos conocidos, no convencerán a los fanatizados independentistas de pancarta y camiseta, sencillamente porque no piensan, pero sigo confiando, porque conozco a muchos, que no todos han perdido el “seny” que tanto les caracteriza, e incluso me atrevería a pronosticar que siguen siendo mayoría, una mayoría realmente silenciosa, salvo excepciones, como Sociedad Civil Catalana y algunos partidos políticos todavía minoritarios. En ellos ponemos nuestras esperanzas de que la catástrofe no nos alcance a todos. Ayudémosles.