viernes, 26 de junio de 2015

EL CRUCIFIJO



                  Fruto de una pésima educación y de la pérdida absoluta de valores humanos, no digamos ya morales o éticos, son las cada vez más frecuentes ofensas y faltas de respeto a los demás que se dan en nuestra sociedad. Ofensas a sus creencias, sus valores, su familia y a su propia vida.

         Ha dado la vuelta al mundo la jura de su cargo como Alcalde de Brunete de Borja Gutiérrez, sencillamente porque solicitó que le trajeran un crucifijo delante del cual efectuó el juramento. Los vecinos de Brunete presentes, quizás no todos, pero una considerable mayoría irrumpieron en una sonora y larga ovación. El hecho, por extraordinario, ha tenido una enorme difusión en los medios de comunicación y redes sociales. Las adhesiones recibidas por Borja son millonarias.

         Que en España, la católica España, (todavía el setenta y dos por ciento de los españoles nos declaramos católicos), un hecho como este traspase los límites de la normalidad significa muchas cosas y ninguna de ellas buena. Significa que los católicos no hemos sabido conservar nuestros derechos como mayoría social, que por el contrario nos hemos acomodado, nos hemos vuelto impasibles (¿cobardes?) ante los ataques a nuestras creencias y costumbres, dejándonos invadir por el nihilismo y un laicismo beligerante. ¡Qué cómodos nos hemos hecho a las primeras de cambio! 

         Tan cómodos, o tan cobardes, como católicos lo somos como españoles, admitiendo, impasibles, algo que no ocurre en ningún país del mundo, que ni se les pasa por la imaginación: abuchear a nuestro Himno y al Rey de todos los españoles, y así un año y otro….y no pasa nada.

         Claro, ¿Qué se puede esperar de una clase política que, como novedad y excepcionalmente, exhibe la bandera nacional en una concentración de militantes? Lo habitual, o lo que debería ser habitual ha dejado de serlo, la normalidad, ahora, es que no haya banderas españolas, se pite al Himno y al Rey, o que desaparezcan los crucifijos en colegios y actos públicos

         Los enemigos de la Religión Católica saben dónde nos duele, lo que para nosotros significa un crucifijo y, aunque para ellos solo sean dos maderas cruzadas, lo atacan con saña sabedores del daño que causan y. lo que es más grave, que no habrá reacción, que pondremos cobardemente la otra mejilla.

         No se les ocurriría, ni de lejos, (ellos también son muy cobardes), hacer algo semejante en una sinagoga o una mezquita. Yo no propugno responder de igual manera, pero la pasividad, la indiferencia, el dejar hacer, solo lleva a una escalada de actos similares o peores. Y además nos amparan las leyes.

sábado, 20 de junio de 2015

BRITA Y LAS ELECCIONES

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 20 de Junio de 2015


         Tal como quedamos hace una semana, Brita volvió a llamar. Sabía que lo haría. Demasiado tentador para una nórdica, por mucho y bien que nos conozca, dejar pasar una ocasión como esta de meter el dedo en el ojo (con todo cariño, desde luego).
         No se reía, pero el tono era jocoso. No hizo ningún comentario, pero esperaba ansiosa los míos. La conversación, más o menos fue así:
-      Hola Jaime, ya pasó el sábado 13.¡¡Por fin la normalidad!!
-      Siento contradecirte Brita, pero lo que veo en las redes sociales y en la prensa no parece que sea muy normal.
-      ¿A qué te refieres? ¿No se ha desarrollado todo desde los más estrictos principios democráticos?- Creo que en ese momento se le escapo una apenas perceptible risita.
-      Partiendo de la base de que nuestra Ley Electoral está caduca y de que nuestros políticos de nuevo cuño tienen de todo menos preparación para asumir estas responsabilidades, te diré que en esto de los pactos ha habido tanta variedad, tanta mezcla, tanto disparate que, por fuerza, será cuestión de tiempo, no mucho, que empiecen a tirarse los tratos a la cabeza.
-      Me sorprendes. Está claro que no te ha gustado.
-      Es cierto, no veo ninguna lógica. En un sitio vale una cosa y en de al lado la contraria. Las alianzas en muchos casos, solo tiene el objetivo de desalojar, precisamente, al partido más votado, al que han apoyado más ciudadanos.
-      Bueno, pero si sumas los tres, cuatro o cinco que se alían son más y eso es democracia.
-      ¿Me quieres decir que esos tres, cuatro o cinco partidos llevaban el mismo programa? ¿las mismas propuestas? ¿la misma ideología? ¿similares candidatos?
-      Hombre eso no. Son distintos.
-      Entonces, si son distintos ¿Qué  programa van a seguir?
-      Pues una mezcla.- Me dice sin evitar una sonora carcajada.
-      Vale. Tú lo has dicho. Una mezcla, de tres, cuatro a cinco. Quedamos para dentro de unos meses, no muchos. Quizás antes de las generales. Ya te contaré.

           

sábado, 13 de junio de 2015

BRITA Y LA "MILI"




-              -  Te llamo para otra cosa, pero ¿tú entiendes algo de este galimatías que ha resultado de las últimas elecciones en España?

-      -  Bien Brita - le respondo – una palabra nueva en tu cada día mejor vocabulario español. Yo también lo llamaría, apunta, guirigay, pero te confieso que la realidad, los resultados, han superado con mucho las previsiones más derrotistas. Claro que según para quien, como siempre. Ya veremos en qué acaba. Entonces, si quieres, hablamos.

-          -  De acuerdo, ya hablaremos. Hoy te llamaba, después de tanto tiempo, porque llegué a España hace unos días y en un programa de televisión oí a un juez de menores, Calatayud, creo que se llama, decir que el Presidente Aznar había cometido un gravísimo error suprimiendo el servicio militar obligatorio. Me sorprendió mucho.

-             - Si Brita, yo también vi ese programa. Te explico: El juez Emilio Calatayud, efectivamente es Juez de Menores en Granada y se ha hecho muy famoso en España por sus sentencias, siempre orientadas a la recuperación de esos jóvenes delincuentes que pasan por su juzgado.
Suele condenar a trabajos sociales que hacen recapacitar a los condenados sobre el mal causado y, según él mismo, en el ochenta por ciento de los casos consigue su objetivo.

-                     - ¿Pero qué tiene eso que ver con el servicio militar?- seguía preguntando Brita impaciente, pensando que me iba por las ramas.

-      Pues tiene que ver con ese otro veinte por ciento que él llama “carne de cañón”, o muy difícilmente recuperables. Esos son los que él piensa que, si hubieran pasado por un cuartel o campamento militar, aunque solo  fueran unos meses, habrían adquirido hábitos y valores incompatibles con una vida de delincuencia reiterada.

-      Pero esos valores y esos hábitos también se adquieren en las familias y los colegios, no hace falta ser militares para tenerlos. Yo creo que los tengo y no soy ni he sido militar.

-      Tienes razón. También se pueden adquirir en las familias y en los colegios, como tú dices, pero la realidad actual en España es que todos esos chicos no los han adquirido en su momento, por dejación de los padres fundamentalmente y por permisividad de profesores y educadores.  Por eso el juez Calatayud decía, y yo le doy la razón, que en la “mili”, los chicos salían mucho mejor que habían entrado y que es una pena que se suprimiera.

-      Tú eres militar, tú sabrás si tiene o no razón.

-      Por eso te lo digo. Hace ya muchos años, pero me acuerdo que en algunos barcos se daban clases a los marineros y muchas veces eran otros compañeros suyos con mejor formación académica los que daban las clases, pero no solo en ese aspecto, también aprendían a obedecer, ser disciplinados, tener compañerismo, respetar no solo al superior en grado sino a sus propios compañeros, compartir, ayudar,…

-      Bueno, lo entiendo, pero me sigue sorprendiendo que un juez eche de menos la “mili” obligatoria, como si no hubiera otra salida.

-      Brita, ¿has leído encuestas del CIS sobre las instituciones españolas?.

-      Alguna, pero no recuerdo ahora…

-      Te refresco la memoria: La institución más valorada por los españoles son las Fuerzas Armadas. ¡Quién nos lo iba a decir hace unos años ¡ y lo son porque se han dado cuenta de cuáles son las virtudes que acompañan a esta profesión y que te acabo de enumerar. Virtudes que la sociedad echa en falta en otras instituciones y otros servidores públicos que no hace falta que te aclare.

-      Supongo que la propuesta del juez no pasará de ahí.

-      Por desgracia. No digo yo un servicio militar obligatorio, pero algo parecido a lo que tienen en Suiza, una formación castrense básica para toda la población que, desde luego, no les va a sobrar en su vida civil, algo que supla los desastrosos resultados educativos de España, hasta que los políticos se decidan a dejar de lado sus intereses partidistas y piensen un poco más en España. Hasta que firmen un  Pacto Nacional por la Educación, y los padres se conciencien de la responsabilidad que adquieren cuando traen a un hijo al mundo.

-      He oído que este juez ha publicado un “Decálogo para formar a un Delincuente”. ¿Es eso cierto?

-      Si. No te sorprendas. Puedes verlo en cualquier buscador de Internet y te aseguro que muchísimos padres españoles lo siguen al pie de la letra. Así los juzgados de menores están cada vez más colapsados. Al final el juez va a tener razón y alguna de las próximas generaciones restablecerá la “mili” obligatoria. “Ya que no somos capaces de educar a nuestros hijos, que lo hagan los militares” pedirán en manifestaciones públicas.

-      No seas exagerado Jaime.

-      Es una caricatura, pero alguien tiene que hacerlo.

-      Bueno, queda pendiente la charla sobre el “galimatías” electoral.

-      De acuerdo. Lo dejamos por hoy. Llámame la semana que viene, a ver si se ha aclarado un poco este guirigay que se ha formado con las elecciones.  

sábado, 6 de junio de 2015

INCONGRUENCIAS

   Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 6 de Junio de 2015                        

      La actualidad marca inexorablemente los temas. No era de las pitadas al Himno Nacional y a S.M. El Rey de lo que quería hablar hoy, pero no quiero dejar pasar algo que considero muy grave y que, una y otra vez, no se aplique algún tipo de castigo a los malcriados autores de la pitada.

      Lo he escrito otras veces, antes no teníamos dinero, pero teníamos educación, ahora ni dinero ni educación. Este país, antes llamado España, ha perdido su identidad y, muchos españoles, quieran o no serlo, se han convertido en apátridas violentos que no respetan a quienes pensamos de forma distinta y nos sentimos orgullosos de ser españoles.

      Dicen los jueces de la Audiencia Nacional, en dos sentencias de 2009 y 2012, sobre el mismo numerito (que crece cada año que esos dos equipos juegan la final de Copa), que en nuestro ordenamiento legal no figura como delito. Pues cámbienlo, como hizo Francia ante el primer caso similar que, además, produjo la inmediata suspensión del partido.

      Lo que no tiene explicación, lo que es una tremenda incongruencia es que equipos deportivos cuyos mandatarios no se sienten españoles (quitan la bandera española de sus estadios y pabellones, e incluso el escudo de la federación correspondiente en las camisetas de los jugadores porque llevan los colores nacionales y sonríen mientras suena la pitada), y son promotores de actos tan ofensivos para millones de españoles, jueguen en competiciones españolas.     

Y siguiendo con las incongruencias. ¿Cómo algunos jugadores que no se sienten españoles participan en las selecciones nacionales? ¿Por dinero? Creo que serian más honrados y coherentes renunciando a defender algo en lo que no creen.

      Por cierto, hablando de dinero. Gracias a las redes sociales, muchos españoles, casi cinco millones, quitaron Tele 5 al iniciarse la pitada. Ha sido, con mucho, la final menos vista de los últimos años. No creo que les haya hecho mucha gracia.

      Ya que no por la vía de la educación, a ver si por la del dinero respetan los sentimientos de los demás, incluidos aficionados del Barcelona y Athletic, muchos de ellos familiares directos míos, que son y se sienten muy españoles.