domingo, 29 de mayo de 2016

JORNADAS CyVP

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 28 de Mayo de 2016

            El Centro de Cádiz de la Asociación Católica de Propagandistas  (ACdP), conocida por su obra más señera, las Universidades CEU – San Pablo, ha celebrado la pasada semana las VII Jornadas Católicos y Vida Pública, dedicadas a la situación política española y el papel que los católicos debemos desempeñar en la vida pública en sus múltiples manifestaciones y, naturalmente, también en la política.
         La nómina de conferenciantes y los temas tratados han sido toda una garantía del interés y nivel de experiencia y conocimientos  expuestos en los tres días de conferencias. Empezando por un magnífico discurso inaugural de nuestro Obispo D. Rafael Zornoza.
         Otero Novas, ministro con Suarez; Francisco Vázquez, Embajador de España; Ainhoa Uribe, Profesora del CEU; Antonio Díaz, profesor de la UCA; y José Joaquín León, consejero editorial y articulista del Grupo Joly, entre otros profesores venidos de Santander,  La Coruña, Madrid o Sevilla, han tratado temas tan sugerentes como: “Corrupción y Democracia”, “Populismo y Democracia ¿dos realidades compatibles?”, “Los extremismos en Europa” o “El fin del bipartidismo”.
         Los conferenciantes, tras analizar muy detalladamente la situación actual, la trayectoria política española de los últimos cuarenta años, los orígenes y causas de la corrupción, han entrado de lleno en reflexionar sobre la aparición de nuevos partidos políticos sus orígenes y objetivos más inmediatos y a largo plazo.
         El objetivo de estas Jornadas, consolidadas en Cádiz tras siete ediciones, es siempre la reflexión y el análisis de temas actuales desde la perspectiva cristiana, de la mano de prestigiosas personalidades que con su conocimiento y experiencia ayudan a un mejor análisis de la realidad.
         La sociedad española está viviendo en este último año una nueva experiencia política, desconcertante en muchos aspectos y de desenlace incierto. Precisamente este desconcierto e incertidumbre hace más necesaria una reflexión, desde nuestra perspectiva de creyentes, sobre el futuro político de España.
         Estas VII Jornadas se han desarrollado, como en ocasiones anteriores, en el Centro Cultural Reina Sofía. 

sábado, 14 de mayo de 2016

C.N.I.

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 14 de Mayo de 2016

                Felizmente han terminado diez meses de secuestro para tres periodistas españoles, retenidos en algún lugar de la Siria bajo el dominio del DAESH, parece que no muy lejos  de Alepo.
Todos nos congratulamos del éxito de unas negociaciones que han salvado la vida de estos tres periodistas, pero no sería justo olvidarnos de quienes lo han hecho posible.
Desde la aparición en nuestras pantallas de las ejecuciones de periodistas occidentales a manos de los terroristas yihadistas en una repugnante puesta en escena planificada con detalle para causar el máximo terror a los espectadores, de negro cubiertos los asesinos y de naranja sus víctimas, pacas esperanzas caben de un final feliz.
Diez meses que se hacen eternos para las víctimas, sus familiares y amigos, pero también para quienes, por orden del gobierno, han llevado a cabo unas muy difíciles negociaciones.
Cuando un hecho así se produce, sean terroristas yihadistas o piratas somalíes sus autores, nuestro Servicio de Inteligencia, el CNI, entra inmediatamente en acción para lograr la liberación de los secuestrados en el menor tiempo posible, sea con una acción de fuerza o la negociación del rescate. Teniendo siempre presente que lo más importante es no poner en mayor peligro las vidas de los secuestrados.
La acción liberadora a tomar dependerá de las posibilidades de éxito de una u otra. En ambos casos, el trabajo de nuestros agentes de inteligencia no cesa en ningún momento hasta lograr el objetivo.
Acceder a los terroristas y a sus escondrijos para una acción de fuerza o una negociación es tarea complicada y arriesgada y, desde luego, quienes lo llevan a cabo son personas con una preparación muy especial.
Nunca sabremos sus nombres, ni conoceremos sus rostros, ni ellos podrán jamás contar a nadie lo arduo, difícil y arriesgado de su trabajo, ni de qué instrumentos se han servido para lograr la liberación, porque así debe ser.
Con que sepamos que están ahí, que velan por nuestras vidas y que son unos magníficos profesionales, para ellos es suficiente. Al menos démosles las gracias por hacer bien su trabajo.