sábado, 24 de noviembre de 2012

LOS SIN TECHO

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 24.11.2012


LOS mismos bancos que hace unos años daban prestamos hipotecarios casi sin garantías y por importes del cien por cien de los valores de tasación de las viviendas, o más, ahora que vienen mal dadas para todos se apresuran a aplicar la Ley Hipotecaria con todo su rigor y los desahucios se suceden en cada rincón de nuestra geografía originando, tras su ejecución, miles de familias españolas sin techo.

Es ley de vida que, cuando alguien, persona u organismo, quiere algo que tienes, sea tu dinero, tu voto o algún favor, la alfombra de rosas a tus pies se extienda generosamente y, por el contrario, cuando la situación se invierte o simplemente tu capacidad económica o posición social deja de ser importante para ellos, de aquellas rosas sólo quedan las espinas. Sí, es ley de vida, pero también consecuencia de una pésima educación en valores, de la que hacen gala muchos responsables políticos y económicos actuales, muy seguros de que a ellos nunca les pasará.

Esos comportamientos, tan humanos, pero tan reprobables, traen terribles consecuencias para millones de compatriotas que sufren en sus carnes, y las de sus familias, los peores efectos de esta crisis, que no es sólo económica, sino, insisto, fundamentalmente moral y de valores.

Parecía que, por una vez, los dos partidos mayoritarios llegarían a un acuerdo para paliar al menos estas terribles situaciones, empujados por la presión popular. Vana esperanza, no ha habido acuerdo y el Gobierno tramita medidas para una moratoria de dos años y en unas situaciones económicas y sociales tan estrictas que muchas familias quedarán sin el amparo que se pretende. Los efectos prácticos de esta reforma de urgencia apenas los notarán las entidades bancarias. Pobre solución para un grave y urgente problema.

La Ley Hipotecaria es la que hay que modificar, tratando de proteger a la parte más débil, tratando de evitar los abusos y engaños que se han producido, como sucede en países con más experiencia democrática donde, por ejemplo, la dación en pago es norma de uso habitual.

En Caballeros Hospitalarios se celebra el domingo 25 el día de las personas que no tienen un techo donde cobijarse y que ya no son sólo los albergados, sino todas esas familias tan mal tratadas por la fortuna y por sus semejantes.

martes, 20 de noviembre de 2012

HACIENDA SOMOS TODOS



            Esta frase publicitaria de nuestra Agencia Tributaria, de hace ya unos años, mereció hasta portadas de la mejor revista humorística jamás publicada en España, “La Codorniz”. Sus portadas eran por si solas un estudio sociológico y en esta ocasión hacia un irónica parodia sobre la frase en cuestión.

          En realidad lo que quería decir es que Hacienda no somos todos, sino solo unos cuantos. Esos cuantos que tenemos una nómina o unos ingresos controlables fácilmente por la Hacienda Pública, sin posibilidad de evasión o camuflaje. Me refiero a funcionarios, empleados, y poco más. Personas de una economía, no siempre modesta, pero siempre ajustada.

         Acaban de publicar un informe policial, una filtración interesada, sin duda, de políticos catalanes con millonarias cuentas, en Euros naturalmente, en bancos suizos. No hay que escandalizarse por el hecho de que unos españoles con pocos escrúpulos pongan a buen recaudo sus fortunas y las alejen lo más posible de las  cortísimas garras de Hacienda. Digo que no es escandaloso porque es de sobra conocido y no es nuevo, lo hacen muchos, muchísimos, hasta alcanzar nada menos que el treinta por ciento de nuestro PIB, es decir, la nada desdeñable cifra de 300.000 millones de Euros.

          El caso catalán es aun más grave porque ese dinero no procede de un legítimo lucro empresarial, su origen, según dicho informe filtrado a la prensa, procede del cobro absolutamente ilegal  de porcentajes por obras públicas adjudicadas a dedo y otros “negocios” nada transparentes de los sucesivos gobiernos y partidos políticos catalanes.

           Los Fiscales Generales y los máximos responsables políticos responsables de perseguir y castigar estas conductas, no han puesto mucho empeño en los últimos años, es más, estos datos ahora conocidos tienen su origen en investigaciones de otros países europeos, que al descubrir en sus listados de defraudadores la presencia de españoles, han comunicado a nuestro Gobierno estas irregularidades.

           Recientemente, el Gobierno de la Sra. Merkel obtuvo datos sobre cuentas  de ciudadanos alemanes en Suiza y no hay país serio en el mundo que se limite, como ha hecho España, a ofrecer una amnistía fiscal a esas fortunas, si sus propietarios deciden repatriarlas. Muy pocos lo han hecho, como era de esperar. En Italia, que nos precedió por esa misma vía, regresaron algunos millones de Euros más, pero tampoco nada significativo. La única forma de evitar esa fuga  de capitales tan importante no es otra que la vigilancia y control por parte de los responsables de la Agencia Tributaria, el Fiscal General y los Ministerios del ramo.

               Contrasta esta apatía con el empeño de bancos, notarios y policía en el cumplimiento puntual y sujeto a la más estricta legalidad,  de los desahucios de viviendas por impago de hipotecas o alquileres. Parecía que, por fin, los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, iban a consensuar medidas de urgencia para detener esa inmensa marea de desahucios, que ya ha originado algún suicidio, pero finalmente tampoco en esto llegaron a un acuerdo y el Gobierno, timorato y con miedo a no perjudicar gravemente a los bancos, ha aprobado unas medidas que no resuelven el problema, lo aplazan por dos años y solo para determinadas circunstancias muy especificas de cargas familiares o situación económica muy límite, defraudando, una vez más a los ciudadanos que sufren más directa y gravemente las consecuencias de esta terrible crisis.  

               Los españoles, que ya hace tiempo perdimos la inocencia, y cada vez más desconfiamos de nuestra clase política (tercer problema más grave del país según las encuestas) no podemos entender la rigurosa persecución de quien no paga los plazos de una hipoteca y la condonación de los millonarios préstamos de los bancos a partidos políticos y sindicatos. ¿A cambio de qué?

             Hacienda seremos todos, cuando los grandes defraudadores sean perseguidos, localizados, castigados y obligados a repatriar sus grandes fortunas, y el esfuerzo recaudatorio no se centre en quienes no tienen ni ingresos importantes ni posibilidad alguna de defraudar, presas fáciles para la Agencia Tributaria. Un éxito en la detección y castigo de los defraudadores, en el terreno del “dinero negro” o la evasión de capitales, reportaría a las arcas del Estado muchos más ingresos que  miles de contribuyentes “controlados” por la Hacienda Publica.

sábado, 10 de noviembre de 2012

EL DINERO NO ES SECESIONISTA

(Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 10 de Noviembre de 2012)

ESTOY seguro de que no lo es. Caixabank es el cuarto banco español por cuota de mercado con un 11,1 por ciento, Sabadell el sexto, con un 3,7 y Catalunya Caixa el séptimo con el 3,1 por ciento. Casi el 18 por ciento del mercado bancario español en manos de tres bancos catalanes.

Pero no solo eso, Caixabank es el primer banco minorista, lo que equivale a decir que es el que cuenta con el número más alto de clientes, 1.636 sucursales en Cataluña y nada menos que 4.370 oficinas en el resto de España.

Repsol, Telefónica, Gas Natural y otras empresas españolas tienen entre sus más importantes accionistas a Caixabank, por destacar solo las más conocidas.

La editorial con más influencia en el mundo de habla hispana, Planeta, del catalán de Barcelona, José Manuel Lara Bosch, ya ha anunciado que si se produce la secesión, Planeta se trasladará a otra ciudad española. "Ninguna editorial del mundo tiene su sede en un país extranjero, con un idioma distinto al que utiliza en sus publicaciones" ha dicho Lara.

Entre un 25 y un 50 por ciento de las empresas establecidas en Cataluña iniciarían un proceso de deslocalización, según informes bancarios solventes, lo que supondría una rápida y drástica caída del Producto Interior Bruto catalán, lo que tampoco ayudaría a saldar su deuda de más de 40.000 millones de euros (pásenlo a "pelas", o como quiera que se llame la nueva moneda catalana y verán que susto), cuando, además, es imposible una financiación externa con bonos "basura", según las agencias de calificación de riesgo.

No hacen falta campañas en Internet contra el consumo de productos catalanes, que las hay en abundancia y algún efecto tienen, al igual que en supermercados catalanes destacan sus propios productos incitando a su consumo. Grandes superficies como Mercadona, están sufriendo el boicot de sus productos de origen catalán, y multinacionales como Telepizza han dejado de patrocinar programas en las televisiones catalanas.

Los Comisarios europeos Vivian Reding y Joaquín Almunia, junto con el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, lo han dejado muy claro: "Nadie obtendrá nada del separatismo". El dinero es muy conservador, huye del riesgo y la aventura, no es secesionista.

sábado, 3 de noviembre de 2012

ECONOMIA Y DESEMPLEO


             Dicen, sin ruborizarse, que pasaremos de los seis millones de parados, que no se creará empleo neto hasta que haya un crecimiento de, al menos, un dos por ciento del PIB, y que la tendencia no empezará a cambiar hasta el segundo semestre de 2013.
             El Gobierno de la Nación se encontró con más de cinco millones de desempleados y un déficit en las cuentas del Estado, incluidas las autonomías, muy superior al seis por ciento anunciado por el Gobierno saliente. Una situación de la banca sencillamente de ruina, con cierres y fusiones hechas a la carrera para salvar los muebles (indemnizaciones millonarias de sus directivos).

            Por si no fuera poco, empiezan a conocerse nuevos y más  graves casos de corrupción entre políticos  y administradores, públicos y privados, que han dilapidado, o se han “desviado” hacia bolsillos amigos o suyos, miles de millones de Euros.
             Y además, se han realizado faraónicas obras publicas absolutamente prescindibles, como aeropuertos sin aviones, estaciones de ferrocarril sin pasajeros, y por contraste, otras obras necesarias, que al no contar con presupuesto suficiente para su terminación o mantenimiento, se encuentran ya abocadas a la ruina (algunas, como la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cádiz, cuatro años paralizada por falta de recursos económicos, casi en fase de ruina, mientras los alumnos están amenazados de no poder finalizar sus estudios en la UCA).
              No hay dinero, el país esta en la ruina, se ha malgastado, se ha administrado gravemente mal, se ha robado y nadie es responsable, nadie está en la cárcel (muy pocos y de segunda fila) y no hay indicios de que se vayan a llenar los juzgados de políticos y administradores del dinero publico, más bien al contrario, se tapan las vergüenzas unos a otros y ahí queda todo.

             Llama la atención, por el contrario, que no cesen la ayudas multimillonarias a la banca, una de las partes que más culpa tiene en la actual situación, y los ajustes ( recortes presupuestarios para bajar drásticamente el déficit heredado), se hagan a base de subidas indiscriminadas de impuestos y facilitar las condiciones de los despidos.
            Mientras tanto, millones de españoles, familias con niños incluidos,  acuden a diario a Caritas y otros comedores sociales (ninguno de los sindicatos), para no morir de hambre. Otros, desesperados, han optado por el suicidio ante un inminente desahucio.  Y seis millones esperan que esta crisis termine y puedan volver a ganarse  la vida, la de ellos y sus familias, con un trabajo digno.
             Si España, su Gobierno, se decide finalmente a solicitar un rescate a la Unión Europea, que no sea para seguir salvado bancos, a quien hay que rescatar es a los españoles. Si el sistema bancario es fundamental, lo es en virtud de su función social y de su implicación en el tejido empresarial, como proveedor de recursos económicos, no solo para presentar balances brillantes a sus accionistas.  

             Han desaparecido muchas entidades bancarias, sobre todo Cajas de Ahorros, pero quizás tengan que desaparecer muchas más. Alemania tiene la mitad de sucursales bancarias que España. Esa sería la primera y más importante reestructuración del sistema bancario. La segunda y aun más urgente, es que esas entidades bancarias que ponían alfombra roja a sus clientes para captar sus ahorros y “venderles sus preferentes”, como quien hace un gran favor, dieran una moratoria a esos clientes que están en el paro y no pueden pagar sus hipotecas, e incluso una quita que alivie en lo posible estas situaciones personales, tal como han hecho con los millonarios prestamos a los partidos políticos.
           Los bancos, a pesar de la crisis, siguen ganando dinero, aunque algo menos por tener obligatoriamente que aumentar sus reservas, y van a seguir recibiendo ayudas muy ventajosas de la Unión Europea. No pueden seguir perdonando deudas a partidos y sindicatos y exigiendo el pago de las suyas a las pequeñas empresas y ciudadanos.
           Y todo esto, ¿A dónde nos lleva? Pues a que se siguen haciendo las cosas mal, o para ser más justo, se hacen a medias. Se pone el acento en el déficit y la deuda, que hay forzosamente que rebajar de forma drástica, pero se pueden y se deben hacer muchas más cosas:

                       -  No conceder ventajas fiscales (ya se ha visto el resultado) a esos miles de millones de “dinero negro”, de esa economía sumergida (que no tributa) y que se calcula casi en el treinta por ciento de Producto Interior Bruto (PIB). Perseguir ese fraude debería ser la más importante y prioritaria función de la Agencia Tributaria. Alemania lo ha hecho y ha destapado muchas cuentas en paraísos fiscales gracias a la colaboración entre gobiernos.

                       -  Lo ya apuntado respecto a la reestructuración del sistema bancario.

                      - Créditos blandos, moratorias, quitas y lo que haga falta, al comercio, a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos, generadores del noventa por ciento del empleo y que están cerrando por miles. Y si no se puede obligar a la banca privada, que si se puede, que lo haga el ICO.

                       - A los parados, pero sobre todo a las familias donde no hay ningún ingreso y viven de la caridad y ayudas familiares, moratorias bancarias, exención del pago de impuestos en bienes de primera necesidad (recibos de electricidad y agua con un sesenta por ciento en impuestos), viviendas sociales, colegios gratuitos, pero gratuitos al cien por cien, nada de libros, comedores, actividades extraescolares y demás recargos más o menos justificados. Asistencia sanitaria gratuita, incluidos medicamentos.

                      - Obras publicas (y su dotación y mantenimiento posterior) absolutamente necesarias y justificadas como de utilidad social. Terminar las ya iniciadas y en las que se ha hecho inversiones muy importantes, antes de que su deterioro las haga irrecuperables.

       Cuando empresas españolas como Zara, Mercadona y otras, tanto exportadoras como exclusivamente con mercado interior, son capaces de crecer y crear empleo en plena crisis, habrá que deducir, sin entrar en otras consideraciones, que están muy bien gestionadas. En eso consiste el problema: No contamos con buenos gestores y cuando los recursos escasean, no es que sean necesarios, es que son imprescindibles.