Debería haberse publicado en el Diario de Cádiz ayer sábado 30 de Marzo de 2013, pero al no haber edición en papel por la festividad del Viernes Santo, se publicará en otra fecha.
No obstante, para no faltar a la cita semanal con mis lectores, lo publico en el blog.
Creo que no precisa más aclaraciones, solo una afirmación rotunda: Existen, y no tienen más remedio que existir, “secretos de Estado”, que solo pocas personas pueden y deben conocer. Lo que a su vez impone una escrupulosa “selección” de estas materias y siempre referido a hechos o actividades de trascendental importancia.
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Existe un desconocimiento, muy lógico, de los medios de comunicación, políticos y ciudadanos, sobre la actividad de los Servicios de Inteligencia, su composición, objetivos y, sobre todo, su actuación dentro y fuera de nuestras fronteras. Como debe ser.
La Comisión de Control de Gastos Reservados, conocida por Comisión de Secretos Oficiales, de composición variada, según los partidos mayoritarios, tiene el derecho de conocer las actividades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Cuando el tema y los partidos lo requieren, el Director del CNI comparece ante la Comisión e informa.
El CNI cuenta entre sus “clientes” a los miembros de Gobierno, el Jefe del Estado y Jefe de la Oposición Parlamentaria, según la materia tratada. A ellos, y no a otros, va destinada la “inteligencia” que elaboran, como sucede en otros países. Mantener el carácter secreto de este trabajo es obligación de los destinatarios y su vulneración duramente castigada por el Código Penal.
La cuestión viene a cuento por la reciente comparecencia del Director de CNI en la mencionada Comisión para “explicar” las escuchas de una agencia de detectives privados sobre políticos catalanes y la intervención de la “princesa” Corinna en asuntos de Estado.
Ignoro, como todos a los que leo y oigo opinar en prensa y tertulias, si, efectivamente, la llamada Princesa Corinna ha intervenido a favor de España en la consecución de importantes contratos de obras, como el tren Ave a La Meca, donde sí parece segura la participación de la tercera mujer del conocido “empresario y comerciante de armas” Adnan Khashoggy, uno de los hombres más ricos del mundo en la década de los 80.
No sé, como el resto de los mortales, excepción hecha de quienes tienen por obligación y trabajo directo en el tema, si las escuchas a políticos catalanes efectuadas por la Agencia de Detectives Método 3, fueron ordenadas (pagadas tratándose de una actividad comercial y privada) por otro partido político, o quien quiera que tuviera interés, legítimo o no, en denunciar mediante las pruebas obtenidas, alguna actividad ilícita.
Opinar es libre y todos podemos hacerlo, pero emitir juicios y descalificaciones sobre personas y hechos de los que no tenemos ni idea, es una temeridad, una irresponsabilidad y un riesgo cierto de equivocarnos, y esa es la tónica habitual en muchos medios de comunicación y columnistas de opinión, que a falta de conocimiento sobre lo que opinan y escriben, se inventan situaciones que atraigan la atención del lector o el oyente, aunque sea mentira.