domingo, 31 de marzo de 2013

SERVICIOS SECRETOS Y OPINION PUBLICA


Debería haberse publicado en el Diario de Cádiz ayer sábado 30 de Marzo de 2013, pero al no haber edición en papel por la festividad del Viernes Santo, se publicará en otra fecha.
No obstante, para no faltar a la cita semanal con mis lectores, lo publico en el blog.
Creo que no precisa más aclaraciones, solo una afirmación rotunda: Existen, y no tienen más remedio que existir, “secretos de Estado”, que solo pocas personas pueden y deben conocer. Lo que a su vez impone una escrupulosa “selección” de estas materias y siempre referido a hechos o actividades de trascendental importancia.
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            Existe un desconocimiento, muy lógico, de los medios de comunicación, políticos y ciudadanos, sobre la actividad de los Servicios de Inteligencia, su composición, objetivos y, sobre todo, su actuación dentro y fuera de nuestras fronteras. Como debe ser.

            La Comisión de Control de Gastos Reservados, conocida por Comisión de Secretos Oficiales, de composición variada, según los partidos mayoritarios, tiene el derecho de conocer las actividades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Cuando el tema y los partidos lo requieren, el Director del CNI comparece ante la Comisión e informa.

            El CNI cuenta entre sus “clientes” a los miembros de Gobierno, el Jefe del  Estado y Jefe de la Oposición Parlamentaria, según la materia tratada. A ellos, y no a otros, va destinada la “inteligencia” que elaboran, como sucede en otros países. Mantener el carácter secreto de este trabajo es obligación de los destinatarios y su vulneración duramente castigada por el Código Penal.

            La cuestión viene a cuento por la reciente comparecencia del Director de CNI en la mencionada Comisión para “explicar” las escuchas de una agencia de detectives privados sobre políticos catalanes y la intervención de la “princesa” Corinna en asuntos de Estado.

            Ignoro, como todos a los que leo y oigo opinar en prensa y tertulias, si, efectivamente, la llamada Princesa Corinna ha intervenido a favor de España en la consecución de importantes contratos de obras, como el tren Ave a La Meca, donde sí parece segura la participación de la tercera mujer del conocido “empresario y comerciante de armas” Adnan Khashoggy, uno de los hombres más ricos del mundo en la década de los 80.

            No sé, como el resto de los mortales, excepción hecha de quienes tienen por obligación y trabajo directo en el tema, si las escuchas a políticos catalanes efectuadas por la Agencia de Detectives Método 3, fueron ordenadas (pagadas tratándose de una actividad comercial y privada) por otro partido político, o quien quiera que tuviera interés, legítimo o no, en denunciar mediante las pruebas obtenidas, alguna actividad ilícita.

            Opinar es libre y todos podemos hacerlo, pero emitir juicios y descalificaciones sobre personas y hechos de los que no tenemos ni idea, es una temeridad, una irresponsabilidad y un riesgo cierto de equivocarnos, y esa es la tónica habitual en muchos medios de comunicación y columnistas de opinión, que a falta de conocimiento sobre lo que opinan y escriben, se inventan situaciones que atraigan la atención del lector o el oyente, aunque sea mentira.

domingo, 24 de marzo de 2013

LA ECONOMIA SUMERGIDA


                                              
            Sería una ingenuidad y una pérdida de tiempo por mi parte, la búsqueda de datos oficiales sobre la economía sumergida. No solo en España, sino en cualquier país, desde los más desarrollados a los más pobres, esta actividad se da en menor o mayor medida, quizás por ese mismo orden.

             Datos hay, con retrasos considerables y nunca con demasiada exactitud. Los únicos con una cierta fiabilidad, dadas las fuentes, son los proporcionados por el Instituto de Estudios Fiscales, el Banco de España, el Consejo Económico y Social, el Banco Mundial y la Unión Europea, que en 2008, cifraban la economía sumergida española entre el 20% y el 25% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que para ese mismo periodo, la media europea en esta difícil estadística, la sitúan entre el 15% y el 20%, sin considerar los países de la Europa del Este incorporados a la Unión Europea después de 1990.

               El propio Ministerio de Economía y Hacienda  de España, siempre referido al año 2008, en un informe de elaboración propia indica:”…las dos grandes bolsas de fraude existentes eran las operaciones de compraventa protagonizadas por empresas constructoras e inmobiliarias, así como las actividades derivadas del ejercicio de las profesiones liberales”. Así, la evasión fiscal, más o menos detectada, con lo que deja de ser sumergida para convertirse en perseguida, en el sector inmobiliario representaba 8.600 millones de euros anuales en España. Según la misma fuente, “el 95,8% de las compañías asentadas en España que facturaban entre 1,8 y 6 millones de euros (+/- 57.700 sociedades mercantiles) escapaban a los controles fiscales al no tener obligación de ser auditadas.”

                   Ateniéndonos a estos datos y, siempre considerando que nos estamos refiriendo a una actividad ilícita y por tanto poco transparente, se puede dar por bueno que la economía sumergida en España en 2008 era el 23% del Producto Interior Bruto, lo que representaba el equivalente a 240.000 Millones de Euros. Han leído bien, 240.000 Millones de Euros, que no tributan absolutamente nada, el 0%, al Fisco español. Cifra capaz de hacer tambalear la economía de un país, cifra superior al PIB de países como Dinamarca, Venezuela, Chile, Portugal…

                 Y estamos hablando de 2008, año de inicio de la peor fase de la crisis económica, anterior a subidas de IVA, nuevas leyes laborales, disminución de la actividad económica, del consumo y otras circunstancias que “animan” esa actividad clandestina de la economía. Medidas que en su conjunto favorecen la prestación de servicios o incluso pequeñas ventas sin factura, el trabajo remunerado solo parcialmente de forma legal y otra parte en “negro” para evitar el pago de impuestos, horas extras no contabilizadas, contratos basura, y pequeñas empresas cuya supervivencia peligra y que para no cerrar, pierden transparencia de cara al fisco y a la seguridad social, entre otras cuestiones.

                Es decir, solo por lo que estas medidas han supuesto en este campo, podríamos estar hablando de más de 300.000 Millones de Euros de actividad económica no controlada, una buena parte de esta enormidad de millones han salido rumbo a paraísos fiscales, y el Gobierno, con su amnistía fiscal, solo ha logrado el retorno de unos 25.000 Millones de Euros, generando unos ingresos a las arcas del Estado de 2.500 Millones de Euros. 

                  Es cierto que muchos pensionistas ayudan a sus familiares, pero, las pensiones no son tan elevadas como para permitir una situación más allá de un periodo relativamente corto de tiempo, no de forma permanente y siempre llevando a toda la familia a una  perdida paulatina de calidad de vida.

                   Según los Presupuestos Generales del Estado para 2013, el gasto previsto para el pago de prestaciones por desempleo asciende a casi 27.000 Millones de Euros, mientras que la cantidad para “fomento de empleo”, disminuye por segundo año consecutivo (- 5,5% en 2011 y – 21,2% en 2012) para quedarse en unos 5.700 Millones de Euros. Las cifras son significativas, pero lo es más el hecho de que, mientras aumenta el número de parados y el gasto en prestaciones, se disminuya considerablemente la partida destinada al fomento del empleo.

                 No entraremos, por ahora, en las múltiples y millonarias estafas de políticos, banqueros, profesionales, sindicalistas y trabajadores poco escrupulosos con el dinero publico, que van desde las escandalosas cifras cobradas como jubilación de un alto cargo, al cobro de indemnizaciones por desempleo simultaneadas con actividad laboral no declarada, o jubilaciones por incapacidad física fraudulentas, que de todo hay.

                Un país que ya había alcanzado unos niveles bienestar social equiparables al mundo más desarrollado, se ve, en muy poco tiempo, sumido en un retroceso económico inasumible, incontrolado y abocado a un rescate o la bancarrota, con unos responsables políticos y económicos dando palos de ciego sin encontrar la salida y, mientras tanto las cifras del paro llegan a los seis millones, entre los que es muy importante considerar el 55% de paro en menores de 25 años.

                 La economía sumergida de pequeña escala, es decir, la desarrollada por una actividad económica no controlada, que no cotiza, pero que permite seguir viviendo a millones de familias españolas  a las que no alcanza ya ni la prestación denominada “ayuda familiar”, por cierto la más baja de Europa, ni las ridículas ayudas familiares por hijo o a familias numerosas, o madres solteras, divorciadas, viudas. Políticas sociales que en países de nuestro nivel de desarrollo y desde hace muchos años son realmente muy considerables. En España los índices de natalidad son muy bajos, a la cola de Europa, pero el Gobierno y los gobiernos de las autonomías no proporcionan las familias con hijos ventajas fiscales y otras ayudas que sean significativas, y que en las actuales circunstancias, precisamente,  deberían verse considerablemente reforzadas.

                    Ya se que la economía sumergida es delictiva y perseguible por el Fisco, independientemente de su cuantía, pero dadas las quejas continuas de los funcionarios de Hacienda sobre la falta de medios y el exceso de trabajo, bueno sería y mucho más rentable para el Estado, la persecución de los grandes defraudadores, y al mismo tiempo, quizás se puedan mejorar las ayudas a las familias con hijos que lo están pasando muy mal, y si quieren datos concretos sobre estos dramas, pregunten a Caritas y otras instituciones que se ocupan de alimentar, vestir y acoger a tantas familias sin recursos.  



sábado, 16 de marzo de 2013

LA CAIDA DEL PP

 Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 16 de marzo de 2013


POCO más de un año de gobierno de los populares y las encuestas del CIS sobre intención de voto son demoledoras para los dos partidos mayoritarios.

El PSOE, tras la hecatombe de 2011, donde posiblemente tocó fondo, apenas mejora en un uno y medio por ciento. Los españoles no cambian de opinión respecto a la oposición y sus dirigentes, fundamentalmente porque son los mismos que llevaron al país, junto con una crisis económica internacional muy mal gestionada, al grado de deterioro político y social en que nos encontramos.

La caída del PP, de casi un 10%, es decir, el abandono de más de un millón de electores, era previsible hasta cierto punto, obligado por Bruselas a medidas correctoras de la economía absolutamente impopulares, pero el grave error de los dirigentes del PP es justificar en estas medidas, y en especial la nueva ley de la reforma laboral, tal descalabro de apoyo.

La opinión de los ciudadanos sobre los políticos, individual y colectivamente, sigue a la baja y continúa siendo uno de los problemas más preocupantes para los españoles, que les califican de corruptos e ineficaces. Pero hay una causa casi exclusiva del PP en este proceso de deterioro: no saben explicarse.

Lo hemos dicho en otras ocasiones. El exceso de prepotencia, la poca cercanía con el ciudadano, la falta de información y explicaciones sobre medidas adoptadas, casos supuestos o reales de corrupción, promesas no cumplidas, regeneración moral de la sociedad prometida y no iniciada, unido a unas explicaciones poco convincentes, cuando se ven obligados a darlas, les hicieron ganar y no gobernar en Andalucía, y les hacen caer en picado en las encuestas.

No le echen la culpa a las medidas obligadas por la situación económica, la mayoría las sufre pero las acepta, no es eso solo y si no lo corrigen a tiempo, la hecatombe esta vez va a ser del PP.

Lo de menos son las críticas cruentas de algunos medios y la oposición, eso es de esperar. Lo peor, lo que debía preocuparles, analizar y corregir, son las deserciones que se producen entre los casi once millones de votantes decepcionados y sin esperanza en el partido al que entregaron, hace poco más de un año, una mayoría absoluta.

sábado, 9 de marzo de 2013

DEPARDIEU ESPAÑOLES



            Un escándalo. El buen actor francés se ha atrevido a desafiar al fisco. Ha cambiado, no solo de residencia, sino incluso de nacionalidad. Se ha hecho ruso y lo han recibido con alfombra roja y besos en ambas mejillas, al más puro estilo eslavo. Bueno, en realidad a lo que Putin y compañía han acogido con gran alegría son los euros del actor.


            En España esas cosas se hacen con más estilo, con más clase y no se entera nadie, ni nuestro fisco, tan diligente para otros menesteres. Cantidad de actores de cine, deportistas de elite, políticos, banqueros y otros millonarios en euros, tienen sus dineros en otros países o en paraísos fiscales, alguno tan cómodo y cercano como Gibraltar.  


            La falta de congruencia, de muchos de ellos, les lleva a ejercer un destacado activismo político, participando en mítines, manifestaciones o actos públicos, como la recién celebrada Gala de los Premios Goya de cine, no dejando títere con cabeza, mintiendo si es necesario y siempre atacando al gobierno que les subvenciona.


            Yo, que quieren que les diga, les quitaba la nacionalidad española y el derecho al voto. Si no participan con sus impuestos, como el resto de los españoles, en sacar esto adelante, ahora que vienen mal dadas para tantos millones de españoles, pues que se vayan con su dinero, pero al menos que no vengan a dar lecciones de nada.


            Buena la lió la actriz catalana Candela Peña con el hospital de San Lorenzo de Viladecans (Barcelona), donde falleció su padre, sin agua ni  mantas y ella tres años en el paro, eso si, luciendo un modelo exclusivo de David Delfín que debe costar una pasta. Ya el director del hospital le ha puesto una demanda por injurias. Curiosamente, al recibir recientemente el premio Gaudi, en Barcelona, se olvidó de  denunciar esas carencias hospitalarias.


            Hablando de incongruencias: La Gala de Premios Gaudi, (versión catalana de los Goya) el actor independentista catalán Sergi López dirigiéndose al Presidente Rajoy, en francés y catalán, le pide que reduzca el “IVA cultural” tras acusarle de tráfico de influencias, prevaricación y corrupción. Y para remate se otorga el premio a la mejor película en lengua catalana a “Blancanieves” que como todos saben es muda.


            Depardieu, nos guste o no su acción evasora de impuestos, ha sido más consecuente. Ha cortado los lazos legales con un país que, según piensa, no le quiere, le masacra a impuestos y le hace la vida imposible. Él, en “justa” correspondencia, siempre según interpreta, se ha hecho ruso, con todas sus consecuencias. La política que le afecta, a la que criticará o no, según crea oportuno, es a la de su nueva patria de adopción.


            Aquí, en España, no. Estos actores, actrices, políticos, banqueros que evaden capitales, que pagan impuestos en otros países, que se quieren salvar del naufragio, si este se produce, siguen siendo españoles, siguen participando en nuestra política, algunos con un activismo digno de mejor causa y todo con su  millonarias cuentas a buen recaudo. ¿De qué y a quien quieren dar lecciones?

sábado, 2 de marzo de 2013

BRITA Y LOS ESPIAS

 Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 02 de febrero de 2013



La actualidad obliga a cambiar de tema. Tenía escrita mi columna del sábado, la titulaba 'Depardieu españoles' y hablaba de las actrices y actores como Candela Peña, Maribel Verdú, Javier Bardem y Sergi López, cuyas vidas públicas y privadas (todo lo hacen público para cobrar exclusivas) no se corresponden con lo que predican desde los escenarios en los que reciben premios, incluso utilizando la mentira o descontextualización de los hechos.

Vistos los resultados de las recientes manifestaciones promovidas por la llamada 'Marea Ciudadana' que terminó con 40 heridos y 45 detenidos en Madrid, entre los que abundan menores de edad y personas con antecedentes delictivos, la participación en ellas de todos los partidos de izquierdas y las arengas de sindicalistas y políticos a "tomar la calle", me decidía a escribir una segunda columna: 'La calle es mía'.

Entonces suena el teléfono, es Brita, me llama desde Oslo: "Jaime, ¿qué es ese escándalo de los espías? La prensa noruega lo saca en primera página". No pudo asistir a mi conferencia de ingreso en el Ateneo de Cádiz, 'Los Servicios de Inteligencia' y tengo que resumirle.

En primer lugar, le digo, reivindico la palabra "espía". No tiene el significado peyorativo que habitualmente, por ignorancia, la sociedad y los medios le otorgan. El agente secreto, el espía, es un idealista que arriesga muchas cosas importantes de índole personal por prestar un servicio a su país para el que muy pocos sirven y están dispuestos.

Las agencias privadas de detectives están regidas por leyes y normas que establecen límites a su actividad que, habitualmente, no suelen sobrepasar. Estas agencias son comerciales, es decir, su actividad es remunerada, existe un contrato, un cliente. Su trabajo se centra en la obtención de pruebas que sirvan de apoyo legal a quien le paga. Una conversación, unas fotos, y un informe sobre personas de interés para el caso puede ser un buen trabajo de una agencia privada.

El que paga, persona u organismo, es el único que tiene acceso al resultado de su trabajo y, llegado el caso, utilizarlo en los tribunales. Lo que está pasando, lo anormal, es que esa cadena de confidencialidad, por dinero o intereses políticos, ha sido quebrantada.