Desde el 24 de Mayo en que se celebraron las Elecciones a los ayuntamientos y algunas autonomías, hasta el momento en que escribo este artículo, han pasado exactamente 90 días. Ciertamente faltan 10 para los 100 días de gracia que se suelen conceder a todos los gobiernos, lo que se llama “toma de tierra”.
Cien días en los que se supone que se emplea
el tiempo, siempre escaso, en auditar cuentas, conocer los proyectos aprobados
o en ejecución (conocerlos en profundidad) y atender los asuntos más urgentes,
los que requieren atención inmediata y continua.
Los partidos que no tienen experiencia de
gobierno, y que incluso ni en sus mejores sueños pensaban gobernar, se han
visto aupados a unas responsabilidades para las que no están, en su mayoría,
preparados. Los pactos de izquierda, llámenle si quieren “frente popular”, han
hecho flaco favor a estos nuevos políticos.
Los 90 días transcurridos se les han ido en
un suspiro. Primero con los acuerdos sobre sueldos, dietas y asesores. Tras
estos laboriosos acuerdos (en algunos casos el número de concejales del “frente
popular” iguala a los de la derecha) se ha procedido a nombrar asesores
externos, muchos más que los equipos precedentes. Ya he dicho que la falta de
experiencia y conocimientos obliga a contratar a muchos asesores.
Este capítulo, el de los asesores, merecería
mayor detenimiento. En muchos casos sacados del libro de familia, lo que tiene
mucha lógica ¿En quién va a tener uno/a más confianza que en su propia sangre?
Aunque sea sangre política.
De los proyectos, ¿qué decir? Lo más
prudente, mientras no se conozcan en profundidad, lo que lleva no poco tiempo
por muchos asesores de buena voluntad que se tengan, lo mejor es paralizarlos
todos, aprobados y no aprobados, con dotación presupuestaria o no, necesarios o
superfluos, todos por igual. Ya habrá tiempo en cuatro años de tomar decisiones
acertadas.
Lo que no puede esperar es un desahucio que
pone en la calle a una familia. Ciertamente algo hay que hacer. Lo más razonable
sería negociar con los bancos, proveer de viviendas sociales, hablar con los
propietarios (a lo peor están también en una situación muy delicada porque
viven de un piso heredado del que no cobran esas rentas antiguas que apenas dan
para pagar impuestos), pero eso requiere tiempo y no lo tienen, así que todos a
la calle a interponerse entre los desahuciados y la policía... y que venga la
prensa y nos sorprenda.
Otros asunto que no puede esperar es la
comida de 25.000 niños desnutridos a los que hay que alimentar urgentemente.
Bueno siempre hay errores al calcular esas cosas, hay mucha picaresca que
dificulta saber la verdad y cuando por fin se sabe, resulta que eran 600, pero
no desnutridos sino deficientemente alimentados, con escasez de proteínas.
Como se tiene que saber quién manda, algo hay
que hacer para que se note (aparte de
paralizar los proyectos) y algo que salga en las primeras páginas de los
periódicos, que abra los telediarios, que anime a nuestros decaídos votantes,
algo transcendente: acabar con calles y plazas con nombres franquistas o
monárquicos (todo es derecha para ellos), quitar cuadros y bustos de los reyes,
de Pemán, de Manolete, que le brindaba toros a Franco, de todo lo que les suene
a retrógrado, a facha, a España. No hay tiempo ni de repasar la Historia para
no equivocarnos demasiado.
Han venido a cambiar, no a mejorar, no a
modificar, no a debatir, solo a cambiar. El camino o la meta no están muy
claros pero por algo se empieza. Hay por ahí circulando un vídeo de un joven
comunista que en un brillante alegato, lleno de sabiduría y modélica oratoria,
convence a los más acérrimos taurinos de la necesidad de acabar con las
corridas de toros, no con los toros por las calles y plazas que eso lo hacen la
izquierda y los separatistas y está muy bien. Solo las corridas de toros que es
una fiesta muy española, aunque se den en Francia y en otros países de América,
donde para ellos los toros no sufren porque ya les advierten previamente a lo
que van a la plaza.
Esperpento:”Género literario creado por Ramón del Valle-Inclán en el que
se deforma sistemáticamente la realidad, recargando sus rasgos grotescos y
absurdos”. Y esto no ha hecho más que
empezar, son solo 90 días
Muy bueno.
ResponderEliminarMuy, muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos. Esta vez no os identifico, pero se agradece. Un abrazo
ResponderEliminarEspecialmente bueno, irónico y sabroso tu artículo. Enhorabuena, Jaime.
ResponderEliminarUn abrazo
Manolo
Dando en el clavo como siempre, Jaime.
ResponderEliminar! Si esto es a los 90 días que será cuando pasen 180 días...!
Muy bueno y aun los tratas muy bien, lo cual te honra.
ResponderEliminarUn abrazo
Eugenio
Volvamos la vista a Grecia..
ResponderEliminarComo siempre acertado........espero con mucho interés el de los 100 días, porque estos no tienen pinta ni de rectificar, en lo mucho que tendrían que hacerlo ,ni de mejorar en todo cuanto tocan
ResponderEliminarGracias. T.S,
Muchas gracias. Bueno, en el supuesto de que lleguen a los 100 días, porque algunos están teniendo muchas dificultades para gobernar, o lo que sea que estén haciendo, y el PSOE, repito, en algunos sitios, no a nivel dirección nacional, parece que se dan cuenta de la barbaridad que han hecho.
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