Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 20 de Diciembre de 2014
Me
impresionó y preocupó lo que oí en un programa de radio de ámbito nacional: Más
de 1.800 españoles están ingresados en cárceles en el extranjero. Cárceles
donde se duerme en el suelo, salvo que tenga dinero para pagar una colchoneta,
cárceles donde pueden pasar dos o tres años esperando un juicio que nunca llega,
mal alimentados, por decir algo, sin asistencia médica, hacinados y sin
contacto alguno con familiares o abogados.
“En
Fundación +34 luchamos contra la soledad de los 1.802 españoles encarcelados en
el extranjero” explicaba su portavoz a las preguntas de la periodista. Su
nombre deriva del prefijo telefónico internacional de nuestro país, ese prefijo
al que ni siquiera tienen acceso los presos españoles.
Con ser muy
grave lo que estaba oyendo, hubo algo que me impresionó de forma especial: un
elevado número de estas personas no quieren que sus familias sepan que están en
esa situación, son delincuentes ocasionales, en busca de un dinero rápido
haciendo de muleros.
Muchas
personas, dadas por desaparecidas en nuestro país, llevan años en cárceles
inmundas y no quieren, por vergüenza, que sus familias conozcan esta situación.
“Fundación +34” viaja, en estas próximas Navidades, a Lima (Perú) donde 370 españoles
están encarcelados en situaciones lamentables.
Ni siquiera
nuestros representantes consulares pueden hacer mucho por ellos. Apenas alguna
visita y escaso apoyo económico. La justicia de algunos de esos países no es
que sea lenta, es que es inexistente y las garantías de un juicio justo nulas.
El 83 por
ciento de los encarcelados lo son por tráfico de drogas, la inmensa mayoría por
primera y única vez en sus vidas. Personas jóvenes, algunos casados y con
hijos, que caen, engañados, en la posibilidad de obtener un dinero importante,
de forma fácil, rápida y sin riesgo.
Buenos días,
ResponderEliminarLo primero gracias por el artículo y por esas palabras tan bonitas y de animo.
Acabamos de llegar de Perú de visitar a todos los españoles que allí se encuentra, y las escenas han sido increíbles. Como me dijo una chica de Almería cuando la salude: "es la primera vez que me dan un beso en 4 años", con eso te puedes dar cuenta de su primera necesidad, el cariño. Imagínate cuando abrimos las bolsas y vieron los polvorones y el turrón, junto con la prensa que llevamos, se pusieron a llorar como si volvieran a casa, justo lo que queríamos, que durante un rato, salieran sus mentes de esos "campos de concentración" en los que mal viven y volvieran a su tierra. Para que la gente se de cuenta de como en circunstancias adversas y lejos de tu patria, no hay vascos, Castellanos o marcianos, sino españoles, al final de la visita a las 35 chicas que estaban en Ancon, y cuando estábamos todos juntos para una foto de familia con la bandera de España que las regalamos, una de ellas empezó a tararear el himno nacional, a lo que todos nos unimos haciendo que a las 8 de la tarde, en un desierto de Perú, sonara el himno mas emocionante que jamás he escuchado, y te lo dice uno que estuvo en el Soccer City de Johannesburgo el día del gol de Iniesta, pero este fue especial.
Por desgracia, que queda mucho por hacer, y las autoridades tienen que darse cuenta del problema. En este mes han muerto 2 españoles en la misma cartel de Lima, la semana pasada han detenido a otros 3 españoles en el aeropuerto Jorge Chávez, y entre los que vi había 53 andaluces.
El problema es que la gente no se conciencia de que esto le puede pasar a cualquiera, dado que la gente para salir de la crisis está dispuesta a jugársela, y no se dan cuenta que aquello no son carceles, son andares donde lo único que tienes que hacer es luchar por sobrevivir.
Te dejo, gracias por todo, y si quieres algo de nosotros aquí tienes mi movil. Por cierto si quieres ver lo que hemos hecho en Perú, puedes verlo en nuestro Facebook
Un abrazo