“Españolito que vienes al mundo / te guarde
Dios / una de las dos Españas / ha de helarte el corazón.“ recitaba Antonio
Machado en “Campos de Castilla”
viernes, 1 de junio de 2012
LAS DOS ESPAÑAS
(Publicado en el Diario de Cádiz en julio de 2010. Nada ha cambiado,... si acaso a peor)
Parece que el tiempo,
y sobre todo, las amargas experiencias sufridas por millones de españoles, no
han pasado. Está claro que no aprendemos de las tristes lecciones recibidas.
Desde que Antonio Machado escribiera esos verso en 1912 o la premonitoria obra,
junto con su hermano Manuel, “El hombre que murió en la guerra”, terminada en
1935, según testimonio de Antonio, pero no estrenada en Madrid hasta 1941.
La relación entre los
dos hermanos Machado es fiel reflejo de esta idea. Antonio, muerto en el exilio
en Francia en 1939, comprometidamente republicano, y su hermano mayor, Manuel,
declaradamente franquista. Ambos compartieron aficiones, experiencias, viajes,
incluso una extensa obra común, hasta el estallido de la guerra civil, cuando
pasaron a encarnar esas dos Españas a las que se refirió Antonio.
La II República, la
Guerra Civil y los primeros años del franquismo, supusieron dolorosas
experiencias para millones de españoles, pagadas en demasiados casos con la
propia vida. Millones de españoles que, como Manuel y Antonio, no tenían nada
el uno contra el otro, mas bien al contrario, eran familiares, amigos, personas
pacificas y en cuyas vidas la política, no era mas que una cuestión muy
secundaria.
De repente todo empezó
a cambiar, los profesionales de la política de uno y otro signo se radicalizan
en sus discursos, las distancias se hacen mayores, se etiquetan mutuamente con
los más despreciables calificativos, se amenazan de muerte públicamente,
incluso en el propio Parlamento, y…buscan descaradamente la división y el
enfrentamiento de la sociedad española.
La situación económica
se deteriora, sobre todo en medios rurales, al paralizarse la reforma agraria,
las revueltas y huelgas generales revolucionarias se suceden, dando paso a trágicos episodios como la “Revolución de
Asturias” de 1934, duramente reprimida por el Gobierno, Casas Viejas, la
proclamación del Estado Catalán, el escándalo del estraperlo y, en definitiva,
mas de mil trescientos muertos.
Esa radicalización de
las posiciones políticas, que simultáneamente se produce en Europa con la
aparición de los fascismos y nacionalismos en contraposición al comunismo y
anarquismo, consiguen dividir a los
españoles en dos bandos irreconciliables, arrastrados por los agitadores
profesionales de todo signo. La consecuencia inmediata, que todos lamentamos y
algunos, aun hoy, casi ochenta años mas tarde, sufren y recuerdan, fue la
Guerra Civil, triste y paradójica forma de llamar al enfrentamiento entre
hermanos. Nadie puede considerarse vencedor de una contienda tan brutal y
salvaje, nadie debería jamás remover las cenizas de una tragedia que costó la
vida a tantos seres inocentes.
Muchos creímos superado para siempre ese lamentable capitulo
de nuestra historia, muchos, como esos
millones de compatriotas que hemos personificado en Manuel y Antonio Machado en
1936, éramos ajenos a la política y a los políticos, vivíamos nuestras vidas
sin sospechar que estábamos siendo adoctrinados, manipulados, motivados por esa
clase política que ya figura, tras la crisis económica y los mas de cinco
millones de españoles sin trabajo, como la mayor preocupación de la sociedad
española.
Han despertado a la
bestia con leyes que dividen a los ciudadanos, leyes que se sabia previamente y
con absoluta certeza que iban a producir el enfrentamiento, que no se
consensúan, se imponen, de una mitad a la otra, sin tener en cuenta el daño que
producen y por si faltaba algo, se trata de restaurar los daños causados por la contienda a uno de
los bandos, ignorando la Ley de Amnistía de 1977, reclamada insistentemente al
grito de “AMNISTIA y LIBERTAD” por quienes ahora pretenden obviarla. Una ley
tan general y amplia que puso en la calle a numerosos asesinos de ETA.
Situación económica
lamentable, índices de pobreza desconocidos en nuestro país en treinta años,
comedores sociales y albergues saturados,
unos índices de educación y formación a la cola de los países europeos,
y unos medios de comunicación abiertamente posicionados, son un caldo de
cultivo ideal para que esos agitadores profesionales hagan su trabajo y
consigan, una vez mas, la aparición de las dos Españas. No nos dejemos
arrastrar, esta vez NO.
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Desgraciadamente cierto de principio a fin.
ResponderEliminarSeremos capaces de superarlo y no dejarnos arrastrar por una minoria manipulada que va de un lugar a otro provocando enfrentamientos? Lamentablemente el desencuentro esta sembrado. Dios quiera que no se coseche el fruto que algunos pocos y siempre los mismos pretenden.
Mimi
Ya sabemos que los tiempos, para algunas cosas, han cambiado y, en paises como el nuestro en el Siglo XXI, es impensable, aunque posible, un enfrentamiento armado entre compatriotas. Pero si es posible, está siendo posible, la persecución sistemática y sectaria, el "hacer la vida imposible" si tienes y defiendes determinados principios.
EliminarPuede existir violencia fisica puntual, enfrentamientos callejeros de pequeños grupos, que mientras queden en eso y no haya la desgracia de alguna victima mortal, son controlables por las fuerzas de orden publico.
Como dices, Dios quiera que no se pase a mayores.