No
será porque no estemos avisados, pero resulta muy difícil, por no decir casi
imposible, prever cuando y donde los terroristas van a perpetrar un nuevo
atentado. Cuentan con demasiadas ventajas para elegir el objetivo, el lugar, el
momento…
Un mes después de París, el pasado fin de
semana ha sido Copenhage la ciudad europea elegida por el terrorismo yihadista para
sembrar de nuevo la muerte y el dolor entre ciudadanos pacíficos y anónimos sin
que se pueda siquiera intuir una mínima causa de esta sinrazón.
Antes lo fueron Nueva York, Madrid,
Londres, Casablanca, y tantas otras en Oriente y Occidente, no hay lugar que
escape a la amenaza. Acabo de regresar de Italia y he visto al Ejército
protegiendo algunas embajadas y los controles de los aeropuertos, que tanto nos
molestan, más estrictos que nunca.
Es igual, no necesitan razones ni excusas
para actuar como lo hacen. Es el terror por el terror. Al Qaeda, Boko Haram, el
autodenominado Estado Islámico o la Jemaah Islamiyah, que según fuentes
gubernamentales filipinas intentó asesinar al Papa Francisco durante su
reciente visita a Manila, son partes de un todo terrorífico.
En la ciudad de Braunschweig, al norte de
Alemania, se ha cancelado el desfile del Carnaval por una alarma cierta sobre
un atentado yihadista durante las celebraciones del domingo 15 de
febrero.
Los servicios de inteligencia, las policías y
cuerpos de seguridad están en permanente alerta y trabajando en la detección de
posibles atentados, en desarticular células y detectar el regreso a los países
occidentales de los combatientes yihadistas en Siria e Irak, en frenar la
captación de jóvenes para el yihadismo.
Difícil lucha contra el fanatismo la que
libran nuestros cuerpos especializados en esta amenaza, pero hay una cuestión
aun más compleja e importante de la que se habla poco: la financiación de estos
grupos. Financiación que les permite la adquisición de armas cada vez más
sofisticadas y caras, de las más avanzadas técnicas de comunicación, de los más
modernos medios informáticos.
Se sabe que el tráfico de drogas y la venta
de petróleo son esenciales para la pervivencia de estos grupos, y los ejércitos
occidentales procuran con sus bombardeos cortar estas vías de abastecimiento,
pero evidentemente no es suficiente. La única posibilidad de derrotar al
terrorismo yihadista está en los propios países musulmanes moderados, igualmente
víctimas de esta barbarie.
Como manifestó el pasado 21 de enero en
Estambul, en una reunión de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI)
que agrupa a 57 países, el Primer Ministro turco Davutoglu: “Nadie será capaz
de detener el ascenso del Islam en Europa”. Nadie, cabe aclarar, se refiere a
los países europeos, nadie, añado, que no cuente con la colaboración de países
árabes como Jordania, Turquía, Yemen, Argelia o Egipto.
Como ya anunció el mismo día 21 de enero la
responsable de Política Exterior Europea, la italiana Federica Mogherini, tras
la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores comunitarios: “Se trata de
diseñar proyectos específicos para lanzarlos en las próximas semanas con países
concretos ( del mundo islámico) para incrementar la cooperación en materia
antiterrorista”.
Es una guerra total y como tal hay que
afrontarla, todos los esfuerzos son pocos y toda la cooperación imprescindible.
Si no es así, tendrá razón el Primer Ministro turco, pero no el ascenso del
islamismo moderado y pacífico, sino el violento y asesino.
Es verdad que estos pollos no precisan razón ni excusa para sembrar el terror. También es verdad que , en sus creencias, su
ResponderEliminarsacrificio por la causa tiene grandes ventajas en el otro mundo, privilegio que se esfuma en el caso de pasar a mejor vida ligeramente
contaminados, sucios. Sólo temen a la muerte si ésta sucede sin las debidas garantías de pulcritud corporal, pués bien, ¿será esa
una debilidad que debemos explotar? . La grasa de cerdo es bien barata y abundante para que seamos generosos en su distribución.
¿ Acabamos de descubrir la tan temida bomba sucia ? ¡¡ Menuda chorrada !!
Estoy contigo en todo lo que escribes en tu Quinta Columna. Un fuerte abrazo
El islamismo moderado ya no existe. En otros tiempos, yo he convivido con saharauis y marroquíes, sin problemas, serían islamistas moderados. En la actualidad sólo hay islamistas extremistas, o callan asustados.
ResponderEliminarTotalmente de cuerdo: así será, desgraciadamente. ¡Qué amenaza más próxima y lejana, más cierta y falsa, más tangible e intangible, más inminente e incierta,......!. Otra vez enhorabuena y un abrazo fuerte
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