Llama la atención como en Escocia, poco antes
de celebrarse el referéndum separatista, los dos principales bancos escoceses,
nada menos que el Royal Bank of Scotland, declaran a los cuatro vientos que sus
sedes centrales se marcharían a Inglaterra al día siguiente de proclamarse la
independencia.
Empresas importantes,
incluida la petrolera que explota los yacimientos del Mar del Norte, también
anuncia su traslado. El gobierno británico anuncia como “una consecuencia más de la eventual
independencia de Escocia sería que habría que trasladar la base de
submarinos, y el arsenal nuclear británico, situado en una base a 4
kilómetros de Faslane, de Escocia”, según publicaron en un informe en los días
previos al referéndum.
La bolsa cae estrepitosamente
en toda Europa cuando las encuestas apuntan a un triunfo del “si”, para
recuperarse con la misma velocidad conocido el resultado escocés contrario a la
independencia.
El conservador
David Cameron, el laborista Ed Miliband y el liberaldemócrata Nick Clegg prometieron
en una carta, más autonomía en caso que gane el “NO”, mientras amenazaban a los
escoceses con una expulsión radical, total, inmediata e irreversible del Reino
Unido, incluida la salida de la Unión Europea, de la libra, de la Otan y la
pérdida del pasaporte británico.
¿A qué esperan los
empresarios, banqueros y gobierno españoles para poner sobre la mesa, con todo
rigor y veracidad, las acciones similares a las anunciadas en Escocia, que se
verían forzados a tomar en el hipotético caso de producirse la independencia de
Cataluña?
No tengo referencias directas, pero si
indirectas de entidades como CaixaBank,
cuyos nuevos estatutos recogen: “Sin renunciar a una «especial
dedicación a Cataluña», se define formalmente ahora a «todo el Estado» como el ámbito
territorial que va a regir sus actuaciones. Además, ya no
se garantiza que «en cualquier caso» su sede social vaya a estar siempre en
Barcelona”
El presidente del Foro de Marcas Renombradas Españolas y de
Freixenet, José Luis Bonet, ha reiterado que Cataluña es una "parte esencial de España" y añadió: ”Creo que el futuro está en la multiregionalización,
el estar en todos los lugares de España donde se hace buen vino. Es un
hecho que Freixenet está en esa
línea, por eso este verano, además de la
inversión en Cataluña, también lo hemos hecho en Rias Baixas".
El
Banco de Sabadell, cuarto grupo
bancario de capital privado de España, a pesar de su implantación
internacional, sigue teniendo en el resto de comunidades españolas el mayor
número de sus casi 2.500 sucursales y consecuentemente su negocio.
José
Manuel Lara, Presidente de la Editorial Planeta, del Grupo Antena 3 y editor de
La Razón, amenazó con
trasladar la sede social de su conglomerado en caso de producirse una secesión.
“Se lo decía al presidente (de la Generalitat):
yo lo tengo más fácil que nadie. No hay ningún negocio editorial que tenga su
sede en un país extranjero que hable otro idioma. Es absurdo. La sede se
tendría que ir a Zaragoza, Madrid o Cuenca”.
¿Para qué seguir? La
lista sería interminable, pero pocos son los que “se atreven” a manifestarse
públicamente y deberían hacerlo. También el Gobierno debería anunciar las
medidas inmediatas y las consecuencias que, por ejemplo, tendría para los
catalanes la pérdida de su pasaporte español/comunitario.
El Gobierno, dirán
algunos, no puede adelantar acontecimientos, no puede dar por cierto lo que
niega rotundamente que vaya a ocurrir. Quizás en esa seguridad de Rajoy cuando
dice que “no se va a realizar el referéndum independentista porque es ilegal” lleve
implícita la certeza de los efectos catastróficos de una secesión catalana,
para Cataluña en primer lugar y más gravemente, pero también para el resto de
España.
Todos estos
argumentos prácticos, más los históricos conocidos, no convencerán a los
fanatizados independentistas de pancarta y camiseta, sencillamente porque no
piensan, pero sigo confiando, porque conozco a muchos, que no todos han perdido
el “seny” que tanto les caracteriza, e incluso me atrevería a pronosticar que
siguen siendo mayoría, una mayoría realmente silenciosa, salvo excepciones,
como Sociedad Civil Catalana y algunos partidos políticos todavía minoritarios.
En ellos ponemos nuestras esperanzas de que la catástrofe no nos alcance a
todos. Ayudémosles.
Hola a todos , Jaime estoy de acuerdo contigo ,
ResponderEliminarSi, yo tambien, pero van con mucho retraso. Hace tiempo deberían haber salido a decir que no. Quizá habrían logrado frenar algo que ahora es difícil, porque el virus ya está inoculado. A los catalanes les dieron la respuesta antes de que ellos mismos se hubieran hecho la pregunta. Sin esa respuesta anticipada probablemente nadie se habría hecho la pregunta. Los empresarios llegan tarde, como casi todo en este país, lamentablemente no escarmentamos. M.
ResponderEliminarCuando en Cataluña se fomenta el desprecio, el resentimiento y el odio hacia España y los españoles, los catalanes nacionalistas parecen pensar –si es que a estas alturas de su autoimpuesta campaña de fanatización pueden pensar en otra cosa que no sea el “9-N”, cosa que dudo…- que las reacciones en contra de Cataluña y los catalanes que su campaña genera son menospreciables, pues sólo se producirán desde fuera de Cataluña. Como si para ellos lo que viene “de fuera” no tuviera valor alguno. Olvidando que todos esos insultos que dedican a España y los españoles, también son percibidos como tales por los españoles que vivimos en Cataluña y que causan en nosotros, y con más intensidad que en los demás, puesto que los padecemos en vivo, en directo y de primera mano, el mismo efecto de repulsa hacia lo catalán y los catalanes independentistas, que ellos han promovido y desarrollado en sí mismos hacia lo español y los españoles.
ResponderEliminarY no rectifico, no: ¡Repulsa hacia lo catalán y los catalanes independentistas! Eso es lo que han logrado hacerme sentir por la cultura que consideraba mi cultura y por parte de la población con la que convivo.
Ha sido tan bestia la manipulación que hemos padecido en la sociedad catalana durante los últimos treinta años, que hace ya varios años que me niego a hablar catalán en ninguna circunstancia, a ver y oír programas de televisión y radio en catalán, a comprar cosas señaladas con la bandera catalana para destacarlas como producto local, etc., etc… Y sé que tiro piedras sobre mi propio tejado, pero lo hago conscientemente, como único recurso para hacerles sentir que el resentimiento que fomentan hacia nosotros, además de no servir para su propósito independentista, se vuelve en su contra y les va a tocar sentirlo y pagarlo.
Al final se encontrarán con la frustración de no alcanzar su propósito y con el desprecio de todo el resto de España: la de fuera y la de dentro de Cataluña.
No sé qué panorama tendremos en Cataluña después del 9-N, y doy por supuesto que ya estará organizada la campaña de manipulación para mitigar la decepción que se va a producir. Y espero que no despierte de su letargo al viejo terrorismo de Terra lliure, pero incluso si eso sucede, debemos estar preparados.
Saludos. Fico.