sábado, 18 de enero de 2014

EL MARTIRIO DE LA JUSTICIA

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 18 de Enero de 2014  

                        

                          El Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, ha manifestado que la instrucción del 'Caso Noos' es un auténtico "martirio" por la excesiva duración del procedimiento judicial, que lleva ya dos años y medio. Ya conté en otra ocasión lo ocurrido en Cataluña con una reclamación de unos campesinos contra una poderosa compañía eléctrica que les había arruinado. El proceso duró 18 años y cuando el fallo favorable a los reclamantes se hizo firme, la mitad de ellos habían fallecido.

                          La excesiva duración de la instrucción es una constante en la justicia española, la lentitud de los procedimientos, la saturación de los juzgados, la falta de personal y de medios informáticos y así llevamos ya demasiados años, sin que los sucesivos gobiernos hayan hecho gran cosa por remediarlo.

                          El Pacto para la Reforma de la Justicia, firmado por el PP y PSOE el 31de mayo de 2001, no llegó a nada. Los intereses partidistas impidieron cualquier progreso en los objetivos pactados. Trece años después todo está peor porque, además, la dependencia de los organismos judiciales del poder legislativo, es decir de los partidos, se ha acentuado considerablemente hasta poner en entredicho la independencia del poder judicial.

                           No toda la culpa es de los juzgados. El sistema, las leyes procesales, son poco ágiles y permiten a los abogados retrasar aun más los procesos, si es de su interés, sin hablar de los posteriores recursos en una cadena sucesiva de tribunales, desde el ordinario hasta el Tribunal de Justicia de la UE, en algunos casos.

                           "Pleitos tengas y los ganes", "La justicia lenta no es justicia" o "Más vale un mal acuerdo que un buen pleito" son algunas sentencias del sabio refranero español que definen perfectamente la situación de nuestra justicia.

                             Un "martirio", definía Spottorno, pero, para desgracia de muchos españoles, no es solo la Infanta Cristina la que sufre esta desesperante situación. Culpable o inocente, ganador o perdedor, la condena de la lentitud del procedimiento la sufren todos.

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