sábado, 13 de octubre de 2012

LA ARMADA Y EL VOLUNTARIADO

(Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 13 de Octubre de 2012)

CON motivo de un reportaje para una televisión local, en la sede de Caballeros Hospitalarios de Cádiz, fui presentando al periodista a quienes allí se encontraban trabajando: "Fulanito, presidente, es capitán de navío; Menganito, también capitán de navío,…", y así hasta cuatro, incluido quien les habla.

Dos coroneles de Intendencia de la Armada son responsables en Cádiz de la Asociación de Lucha contra el Cáncer y Tartessos, respectivamente, y capitanes de navío al frente de delegaciones de Cáritas y Madre Coraje, y no solo como máximos responsables, sino en todos los niveles de estos trabajos solidarios.

No cito sus nombres porque no me lo permitirían, pero muchos gaditanos los conocen y tratan a diario. Solo he oído elogios de todos ellos, a su labor desinteresada y a su entrega sin límites a los más necesitados, los excluidos sociales, los sin techo y, en definitiva, a una sociedad gaditana donde las labores asistenciales son cada día más necesarias.

Naturalmente que hay muchísimos voluntarios en estas instituciones que tienen o han tenido otras profesiones. En realidad la diversidad dentro del voluntariado es muy grande, pero llama la atención que, en este momento, los responsables de cinco organizaciones de esta naturaleza sean oficiales de la Armada.

No es casual, y en contra de lo que algunas personas piensan, la formación humanística que se recibe en una carrera militar no tiene nada que envidiar a la que reciban otros profesionales, por no decir que es superior, al menos en un aspecto básico, no se olvide que se nos forma para dirigir personas, en toda la extensión de la palabra, y aun más, para dirigir personas en situaciones difíciles.

Sabrán perdonar mis compañeros el hacer publica esta circunstancia sin su consentimiento, que seguro no me darían, pero lo hago porque creo que es de justicia resaltarlo, y porque se escriben y dicen descalificaciones hacia los militares a las que habitualmente nadie responde. Quienes lo hacen, sin duda desde el desconocimiento, o se refieren a circunstancias y hechos puntuales de los que nadie está libre, pero lo que aquí relato no es una casualidad sino el resultado de una formación en valores de solidaridad, compañerismo, abnegación, … que, aunque no nos son exclusivos, hemos vivido durante nuestras vidas militares.

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