sábado, 10 de diciembre de 2016

LA BUENA GENTE

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 10 de Diciembre de 2016


                                Una reflexión personal me lleva a escribir esta columna. Repasando algunos de mis últimos títulos encuentro: “La mala educación”, “Mala Gente”, “Malos Padres”, y todos casi seguidos en los últimos meses. Puede dar la impresión de una visión personal del mundo y de la humanidad absolutamente negativa y no es así. Quien me conoce sabe que no es mi forma de ver la vida y que soy de los que “a mal tiempo buena cara” y me refiero a toda clase de “malos tiempos” a nubarrones muy oscuros que a veces te tocan vivir personalmente o a familiares y amigos muy cercanos. No por un optimismo enfermizo sino porque soy de los que piensan que a los problemas, por graves que sean, hay que afrontarlos y vencerlos convencido de que se puede hacer, no desde el pesimismo inoperante.


         Para compensar hoy hablaré de la “buena gente”, de los muchos que conozco y tengo cercanos, llenos de comprensión y de cariño hacia los demás, como los voluntarios de Madre Coraje y otras muchas ONG`s, Instituciones de la Iglesia Católica como Caritas y Manos Unidas o movimientos civiles que atienden desinteresadamente a quienes los necesitan, personas enfermas, sin recursos económicos, sin techo...

         En un programa de radio oía esta mañana a unos jóvenes universitarios españoles que a bordo de los viejos Seat Panda iniciaban un recorrido por algunos poblados en África, en pleno desierto, para llevarles lo más imprescindible. Y así muchos más que en vacaciones se desplazan a lugares inhóspitos para ayudar a quienes no tienen nada.

         He conocido el trabajo de la Cofradía de la Piedad de Cádiz con la que Madre Coraje colabora y la ONG Estrella de Belén que llevan dos veces al año todo lo que pueden a niños palestinos carentes absolutamente de todo.

         La buena gente está en todas partes y pueden tener las creencias religiosas o ideales políticos más diversos, o incluso no tenerlos, pero quienes nos confesamos cristianos no podemos mantener una actitud pasiva y contemplativa del mal ajeno, de las desgracias que nos tropezamos cada día.

         La religión católica es la religión del amor, que conlleva inseparablemente el perdón, la caridad, y la alegría. Quien no lo viva así, flaco servicio hace al Dios en el que dice creer.

3 comentarios:

  1. Muy bueno el artículo.Sifuéramos capaces de ver la gran cantidad de buena gente que nos rodea viviríamos mejor e imitándoles haríamos un poco mejor el mundo

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    1. El problema es que la buena gente además es discreta y hace las cosas muchísimas veces desde el anonimato, porque no busca el aplauso sino la eficacia de su ayuda. Se les ve menos pero son muchos.

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  2. Querido amigo:me gusta tu artículo porque efectivamente la buena gente existe; lo malo es que hay mucha mala gente que crece en la medida que los buenos les dejan actuar. Un fuerte abrazo Fede

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