Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 23 de Mayo de 1015
En
columnas anteriores, con reiteración e insistencia, he escrito sobre dos
cuestiones que son los problemas más graves y acuciantes de la humanidad: las
masivas inmigraciones y el terror yihadista.
También he criticado muchas veces la
pusilanimidad de los gobiernos occidentales para abordar de forma seria,
decidida y eficaz estos fenómenos, ya no tan nuevos, que tantas muertes de
seres inocentes causan.
Sin unanimidad y con diferentes grados
de compromiso, algunos países occidentales, encabezados por los EEUU,
emprendieron acciones militares directas y de apoyo a los ejércitos iraquí,
sirio, malí y egipcio en su lucha contra las diferentes marcas del terrorismo
fanático. Acciones que, si bien no han logrado la derrota del Estado Islámico, en
los últimos días, han reforzado la defensa de Palmira, cuidad siria patrimonio
de la humanidad y han matado, en una incursión de las fuerzas especiales, a Abu
Sayyaf, responsable de la venta de petróleo y gas.
La estrategia actual adoptada por los
aliados contra el yihadismo, no evita
que millones de refugiados tengan que huir de las zonas más conflictivas, ni
que los atentados se sucedan a diario y los enfrentamientos entre ejército y
terroristas acaben en un baño de sangre. Tienen que dar un paso más decisivo si
se quiere acabar con esta amenaza.
Por otra parte, la Unión Europea
establece cuotas por países para acoger a los inmigrantes, y estudia habilitar unas vías legales de llegada a Europa, refuerza la presencia en el Mediterráneo
de buques de guerra cuya doble misión consiste en rescatar a los inmigrantes a
bordo de precarias embarcaciones atestadas hasta lo increíble y, por otra
parte, destruir en sus bases estas mismas embarcaciones usadas por las mafias
que trafican con seres humanos.
Ni estas tímidas medidas, ni el
raquítico incremento presupuestario, van a lograr sino paliar en parte lo que
es ya una catástrofe de enormes dimensiones (más de 10.000 inmigrantes en una
semana). Algo parece que se mueve, pero, como se ha dicho tantas veces, solo
haciendo inversiones millonarias en los países de origen, que les proporcionen
medios de vida digna, puede de verdad acabarse con esto.
Acertado como siempre pero desgraciadamente Palmira ya cayó y sigue el avance yihadista ante la pasividad de occidente...
ResponderEliminarLo peor, acabo de leerlo, es que Obama no piensa cambiar de estrategia, es decir bombardeos con drones casi exclusivamente. Al menos debería apoyarse con armamento moderno y eficaz a los ejércitos regulares que se enfrentan a los yihadistas, cuyos modernísimos todoterrenos Humvees, de fabricación norteamricana, terminarán entrando en Damasco.
EliminarLa caída de Palmira no solo es importante estrategicamente, con importantes recursos de gas y petróleo, sino que moralmente es un importante triunfo para los yihadistas que ven como nada se opone a su avance.
¿En qué va a terminar esto? Cada vez son más y mejor armados y no se pararán en Siria e Iraq.
Así es; a ver si 'reaccionamos' adecuadamente 'ya' porque el problema (a nivel planetario) puede tener consecuencias terribles a no muy largo plazo. Otro abrazo
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