sábado, 23 de julio de 2016

LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 23 de Julio de 2016


                                     
          Las cosas que pasan en Cádiz no tienen parangón con lo que sucede en el resto del mundo conocido.
         Un proyecto para construir, pongamos por caso, una estación de autobuses, habida cuenta de que Cádiz es la única ciudad importante de Andalucía que no cuenta con ella, una vez que los políticos se deciden a convocar concurso público y aprueban una dotación presupuestaria de, pongamos, siete millones de euros, se adjudica a una empresa constructora.
         El “ambicioso proyecto” inicial se va desinflando porque la cosa está muy mal, no hay dinero. Se le dice a la constructora que hay que “retocar” el proyecto quitando algunos andenes. Hay un espectacular vídeo en You Tube de junio de 2010, con 16 andenes, que finalmente han quedado en la mitad.
         El ambicioso proyecto se queda en una Estación de Autobuses de la Srta. Pepis, nada que ver con lo que necesita una ciudad con 120.000 habitantes.
         Pero no acaban ahí los recortes. La esperada Avenida de Astilleros, con sus cuatro carriles, el aparcamiento subterráneo y los amplios accesos  al flamante intercambiador de transportes, resulta que no está ni empezado y lo peor, no se sabe si se va a hacer.
         Bueno habrá que conformarse con la vieja carretera industrial bacheada a más no poder, con solo dos carriles y atascos frecuentes (es que también iba a ser la descongestionadora vía de entrada desde el puente de la Constitución).
         Eso de los accesos sin iniciar cuando ya están terminados los nuevos equipamientos tiene que ser algo congénito. Los accesos al nuevo terminal de contenedores para el que la Autoridad Portuaria anunciaba en diciembre de 2015 una inversión de 11,6 M. €, tampoco están muy avanzados, por decir algo.
         Por ver el lado positivo, en el último pleno municipal se ha aprobado dotar de corriente eléctrica a la estación de autobuses. Parece que alguien se ha dado cuenta de la necesidad de este suministro, que seguramente figuraría en el proyecto inicial. Del suministro de agua no se sabe, quizás no haga falta. Habrá venta de botellines que es más cómodo y práctico.
         ¿Y el ascensor para comunicar con la estación de trenes? ¿Y quién va a gestionar la terminal de autobuses? Nada se sabe.

viernes, 8 de julio de 2016

EL FALLO

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 9 de Julio de 2016


                          Fallo es la palabra que empleamos cuando algo o alguien se equivoca o comete un error. También se emplea para definir la sentencia que se le da a un juicio.
          Curiosa coincidencia que es como decir que todas las sentencias o fallos judiciales son erróneas, equivocadas, según la definición. No me atrevería yo a tanto, pero la palabra invita a pensar  y, por lo menos, suscitar dudas en cuanto a la equidad, imparcialidad y objetividad de los fallos.
          Se dice que la justicia lenta no es justicia, lo cual es equivalente a decir que,  dado el tiempo transcurrido, por lo general, desde el inicio de un procedimiento judicial hasta su conclusión, salvo honrosas excepciones y a pesar de las nuevas disposiciones que fijan plazos de seis meses, no puede llamarse justicia a lo que imparten mucho magistrados en nuestro  país.
          José María Michavila, secretario de Estado de Justicia del Gobierno del PP y Juan Fernando López Aguilar, secretario de Libertades Públicas y Desarrollo Autonómico de la ejecutiva federal del PSOE, tras cuatro meses, reuniones formales, almuerzos y cenas, cientos de llamadas en secreto, elaboraron el primer y único “Pacto de Estado para la reforma de la Justicia”, un hito jamás conseguido en la historia de España. Un pacto de tal trascendencia que pretendía recuperar, según PP y PSOE, “un siglo muy en blanco en la historia judicial de España”.
          Un documento de 20 páginas y 23 puntos que, a pesar de su necesidad y urgencia, a pesar del acuerdo alcanzado por los dos partidos mayoritarios, a pesar de esfuerzo puesto en su elaboración, es hoy papel mojado. Falta personal, faltan medios informáticos, falta coordinación y comunicación entre los juzgados. No hay sitio en una columna para entrar en detalles.
           Estábamos en 2001, con Ángel Acebes como Ministro de Justicia, con más de 20 leyes para revisar, tres millones de asuntos pendientes en los juzgados y una opinión abrumadora contra el funcionamiento lento (82%) y malo (46%) de la justicia, que se impusieron a los intereses partidistas.
          Han pasado 15 años y ¿En qué ha mejorado la Justicia?