sábado, 14 de septiembre de 2013

CASCOS AZULES

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 14 de Septiembre de 2013


          Obama, Premio Nobel de la Paz,  ha oído el clamor del mundo entero, incluidos sus compatriotas, y ha pedido al Senado norteamericano que retrase la votación de apoyo al bombardeo sobre Siria, lo que viene a poner un gramo de cordura ante tanto despropósito.

            Obama se ha arrogado personalmente el papel de juez del universo, tomando para sí una responsabilidad que corresponde a la ONU, es decir al conjunto de naciones soberanas nacida tras la desgraciada experiencia de la II Guerra Mundial con el prioritario objetivo de evitar nuevos enfrentamientos armados.

            A la vista de las 32 guerras que asolan a tantos países hoy en día y que han causado millones de muertos y refugiados, no podemos estar satisfechos de la eficacia de los mecanismos de la ONU, sin embargo, si hay situaciones en las que las llamadas fuerzas de interposición, los Cascos Azules, han conseguido detener la masacre.

            Siria sufre una cruel guerra civil desde marzo de 2011, con más de 100.000 muertos y cuatro millones de refugiados, de los cuales un millón son niños. Parece que esa situación tan cruel no movía las conciencias de la comunidad internacional, hasta que hace su aparición el gas sarín en Damasco.

            Apenas tienen eco noticias  sobre el uso del gas por los rebeldes, (el Príncipe Bandar, Jefe de la Inteligencia Saudí, ha declarado haberles entregado armas químicas), liberación de presidiarios de algunos países árabes para que luchen contra Al Assad, la venta por el Reino Unido de componentes químicos para la fabricación de gases tóxicos, y tantas informaciones periodísticas de tan dudosa credibilidad como las que acusan al régimen sirio.

            Al Presidente norteamericano, no parecía quitarle el sueño el terrible drama que vive Siria desde hace más de dos años,  lo que contrasta con su empeño actual en llevar a cabo un “ataque limitado” a la capacidad militar del dictador sirio.

            El Consejo de Seguridad de la ONU, tan diligente en otras ocasiones, mira para otro lado, cuando hace muchos meses que debía haber intervenido con fuerzas de interposición, y si esto no era posible porque se necesita el consentimiento de los dos bandos contendientes y son los rebeldes los que descartan este “alto el fuego”, al menos si debía atender a los millones de seres inocentes que huyen de la matanza.

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