Muchos lectores me
indican que lo de “fabricar un líder sobre la marcha” no es posible ni
recomendable, que es mucho más práctico buscar a una persona que goce de
prestigio y capacidad para aunar a las distintas tendencias políticas, a ser posible un “no político” estilo Vaclav
Havel de Checoslovaquia.
De acuerdo, ¿Dónde
está? ¿Quién es? ¿Quiere? Si alguien encuentra ese mirlo blanco, que no lo
oculte por más tiempo, que lo convenza y lo dé a conocer con urgencia.
La realidad es que “haberlos
haylos”, como las “meigas” en Galicia; pero además tiene que tener una edad de
madurez, sin llegar a la senectud, y una determinación muy notable. Yo conozco
a personas muy válidas a las que les faltan estos dos requisitos, sobre todo el
de la edad. No están contaminados, no han pertenecido a ningún partido
político, pero han estado próximos a la política, saben de qué va. Pero ya
digo, les falta el requisito de la edad y las ganas de meterse en este
complicadísimo problema.
Otra opción son esos
grupos de reciente creación formados por ex - políticos, empresarios,
profesores universitarios y personas de buena formación y experiencia. Hay
varios, elaboran memorandos, documentos, incluso proponen una reforma razonada
de la Constitución.
Tengo en mis manos un
libro de sugestivo título: “Recuperar España. Una propuesta desde la
Constitución”, Editado por el “Aula Política – Instituto de Estudios de la
Democracia – Universidad CEU San Pablo”. Me ha llegado hoy y no puedo opinar
sobre su contenido, aunque las referencias son magníficas. Dirige el Instituto
José Manuel Otero Novas, ex ministro con Adolfo Suarez, y a quien conozco
personalmente y me merece toda consideración y respeto. Seguro que el trabajo
de años que han hecho es excelente.
Otros grupos de
similar nivel intelectual y académico han elaborado documentos parecidos. Es
decir: “Lo que hay que hacer” según cada uno de ellos.
Solo he hojeado
algunos de estos documentos y estoy convencido de que todos quieren lo mejor para España, y no solo eso, estos
documentos se me antojan compatibles. Si es así, tendríamos ya mucho
adelantado, nada menos que sabríamos “lo que hay que hacer”, pero seguimos con
el problema de ¿Quién, o quienes van a iniciar el cambio?
De estos grupos, que
se han limitado hasta ahora a pedir firmas, elaborar documentos y hacer
reuniones, como el grupo “Reconversión” (Por una reconversión del Estado) y
algunos más, de entre sus efectivos, estoy seguro, hay personas capaces y con
madera de líderes.
Lo que yo les achaco a
estos grupos es que no den un paso más hacia la “reconversión”, la “reforma” o
como cada uno quiera llamarlo. En la teoría un sobresaliente, en la práctica un
suspenso. Le decía hace pocos días en Santander a Otero Novas que este
magnífico trabajo no puede guardarse en el arcón, hay que darlo a conocer y, si
procede, ganar adhesiones, crear doctrina y “alcanzado el número crítico”, dar
el paso, salir pacíficamente a las calles y pedir, gritando tan fuerte cono se
pueda, el cambio político que necesitamos.
Es que, si no, ¿Para qué
tanto esfuerzo y trabajo bien hecho? ¿Para que coja polvo en el estante de una
librería?
Lleguemos, a través
del los medios de comunicación social, de las redes sociales o del boca oreja,
al número crítico y el líder saldrá seguro. Pero el tema es urgente y hay que
animar a estos grupos a que den el siguiente paso, la publicidad a los cuatro
vientos de sus magníficos trabajos y la suma de voluntades. Pero ya.
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