LA encuesta del CIS realizada entre el 1 y 8 de abril le da al PSOE una intención de voto del 28,2 por ciento, cinco décimas menos que el 28,7 obtenido en las elecciones del 20N. Prácticamente, en el año y medio transcurrido, no ha logrado recuperar votantes, si acaso, alguna leve mejora temporal para volver a caer a lo que parece ser su suelo.
No contestan o se abstienen un 44,2 por ciento de los encuestados. También el PP se estabiliza en el 34 por ciento, diez puntos menos que en las generales de 2011, pero este desgaste es explicable por su acción de gobierno, forzado a tomar medidas muy impopulares.
Ya sabemos que a dos años y medio de las próximas elecciones generales estos datos tienen un valor relativo y todo puede cambiar y mucho, pero es llamativo que con la que sigue cayendo, los populares continúen con seis puntos de ventaja.
El éxito del PP se debió, en gran parte, a la nefasta gestión socialista y el rechazo que las urnas evidenciaron, pero, aparentemente, el PSOE ha hecho una lectura errónea de lo sucedido y comete dos errores graves que le impiden su recuperación.
Por una parte, mantiene los mismos dirigentes, incluido Pérez Rubalcaba, amortizados en la etapa Zapatero, lo que ha dado lugar a divisiones internas graves al no contar con un liderazgo claro y aceptado por todos. Aparecen nuevos aspirantes a la Secretaría General, y la nómina promete seguir aumentando, el PS de Cataluña hace la guerra por su cuenta, Griñan le entrega Andalucía a Izquierda Unida para conservar el sillón, y como partido líder de la oposición, consciente del escaso apoyo popular, no acaba de definir su política.
Es bien sabido que la alternancia en el Gobierno del PSOE y PP, lo es a base de ganar la voluntad de los indecisos. Cada partido tiene su techo natural, más numeroso en la izquierda, de incondicionales, de lo que podríamos llamar el voto ideológico. Las elecciones las gana quien convence al centro político y no quien se desplaza a los extremos, como está haciendo el PSOE con el resultado de un evidente ascenso progresivo de Izquierda Unida, como ya sucedió siempre que los socialistas se escoraron hacia sus vecinos de la izquierda.
No contestan o se abstienen un 44,2 por ciento de los encuestados. También el PP se estabiliza en el 34 por ciento, diez puntos menos que en las generales de 2011, pero este desgaste es explicable por su acción de gobierno, forzado a tomar medidas muy impopulares.
Ya sabemos que a dos años y medio de las próximas elecciones generales estos datos tienen un valor relativo y todo puede cambiar y mucho, pero es llamativo que con la que sigue cayendo, los populares continúen con seis puntos de ventaja.
El éxito del PP se debió, en gran parte, a la nefasta gestión socialista y el rechazo que las urnas evidenciaron, pero, aparentemente, el PSOE ha hecho una lectura errónea de lo sucedido y comete dos errores graves que le impiden su recuperación.
Por una parte, mantiene los mismos dirigentes, incluido Pérez Rubalcaba, amortizados en la etapa Zapatero, lo que ha dado lugar a divisiones internas graves al no contar con un liderazgo claro y aceptado por todos. Aparecen nuevos aspirantes a la Secretaría General, y la nómina promete seguir aumentando, el PS de Cataluña hace la guerra por su cuenta, Griñan le entrega Andalucía a Izquierda Unida para conservar el sillón, y como partido líder de la oposición, consciente del escaso apoyo popular, no acaba de definir su política.
Es bien sabido que la alternancia en el Gobierno del PSOE y PP, lo es a base de ganar la voluntad de los indecisos. Cada partido tiene su techo natural, más numeroso en la izquierda, de incondicionales, de lo que podríamos llamar el voto ideológico. Las elecciones las gana quien convence al centro político y no quien se desplaza a los extremos, como está haciendo el PSOE con el resultado de un evidente ascenso progresivo de Izquierda Unida, como ya sucedió siempre que los socialistas se escoraron hacia sus vecinos de la izquierda.
Se equivoca el PSOE y se equivoca el PP.
ResponderEliminarCreo que votamos por ideología, y en los momentos que vivimos desde el año 2008 también elegimos en las urnas para salir de la situación crítica en que estamos.
El PP ha mentido al llegar al poder, y tras año y medio no vemos ningún avance, sólo trabas y recortes.
Pienso que sería bueno abrir el arco parlamentario significativamente y terminar con este bipartidismo que no soluciona los problemas de la población, o como oí el otro dia decir a un señor mayor en la cola de un banco: esto se solucionaba si en las próximas elecciones al terminar la jornada electoral todas las urnas en todo el país estuvieran vacías.
De acuerdo en todo, menos en lo de las urnas vacias, porque no estarian vacias del todo, eso es imposible, y les facilita el camino a quienes cuentan con pocos apoyos populares. Un boicot total a unas elecciones es, creo yo, imposible. Lo que si es efectivo son las redes sociales para motivar al electorado y eso se hace cada vez mas. En fin, veremos cuando y como se convocan y que partidos se presentan. Creo que el bipartidismo ha muerto, pero cuidado con los nuevos, me temo que alguno puede hacer bueno lo que hay. Tema complicado.
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